Cuesta una barbaridad imaginar una hipotética situación en la que Scottie Scheffler (-1) o Xander Schauffele (-2), uno de los dos, no fuera el ganador de la FedEx Cup dentro de nueve días, en Atlanta. Pero hay que reconocer que hoy, durante la segunda jornada del BMW Championship, tal escenario se ha asomado a la dimensión de lo posible…
Justo el día en el que se retiraba Hideki Matsuyama por unas molestias en la espalda y, por lo tanto, ya nadie podía desbancar siquiera a Schauffele de la segunda posición del ranking, acentuando esa sensación de que esta FedEx Cup era una cosa de dos, ha ocurrido que ambos, texano y californiano, han pinchado con todas las de la ley, se han quedado prácticamente sin opciones de victoria en el torneo y, en definitiva, digámoslo así, se han mostrado vulnerables. Lo suyo no ha sido un desastre (rondas de 73 golpes para Xander y 72 para Scottie), pero de alguna manera su rendimiento ha abierto un debate, aunque habrá que ver su capacidad de reacción en los 36 hoyos que todavía hay en juego en el Castle Pines Golf Club de Colorado.
Schauffele, por ejemplo, ha recordado al del batacazo final del Golf National, en la última jornada del torneo olímpico, finalizando con cuatro bogeys en los últimos seis hoyos, muy errático, y arrojando unos datos estadísticos finales muy pobres de tee a green (en esta segunda ronda ha sido de los peores en todos los apartados: desde el tee, segundos tiros, alrededor de green…). A Scheffler se le ha visto una vez más desesperado en los greenes (ha sido el peor con el putter en las manos), lo cual no es novedad, pero tampoco debiéramos considerar costumbre.
Todo ello ha coincidido, además, con sendas vueltas fabulosas de 63 golpes de Adam Scott (-13), el líder, y Ludvig Aberg (-9), así como con una buena defensa del liderato de Keegan Bradley (-10, vuelta de 68 golpes). Los tres se postulan ahora mismo como claros candidatos, pero quedan demasiados hoyos por jugar como para no pensar en que pueda añadirse alguien más. Insistimos: no parece de ninguna de las maneras que puedan ser Scheffler o Schauffele.
A ver, no debería tomarse la parte por el todo. Por supuesto que sigue pesando más la inolvidable temporada que Scottie y Xander nos han regalado, nos siguen regalando, que esta jornada descabalada de golf que hoy han protagonizado. Pero de alguna manera este puñetero deporte nos ha abierto los ojos, una vez más, y nos ha susurrado al oído la posibilidad real de que un tercer candidato pudiera colárseles a ambos por la puerta de atrás con una soberbia actuación en East Lake. Rory McIlroy (-3) o Viktor Hovland (-3) bien podrían aprovechar la situación, pero tampoco han aprovechado hoy el ‘regalo’ del huracán Sche-Scha. ¿Y si fuera Aberg, con esa cara de no haber roto nunca un plato, o el mismo Matsuyama, si se recupera de sus molestias, quienes pudieran ponerles en un apuro? Cuesta creerlo, cuesta creerlo. Pero hoy, 24 de agosto, un poco menos. Sólo un poquito menos.
No habléis muy alto de Mcilroy que el Sr Beamonte flota de emoción imaginando a su fave ganar.Vaya eufórica retransmisión televisiva que nos da cada vez que pilla todavía jugando al norirlandés 😵💫 😰