Para el que no lo sepa: hoy, jueves, arranca el BMW Championship, segundo play off de la FedEx Cup, donde juegan los cincuenta mejores del ranking y donde asimismo terminará de conformarse la exclusiva nómina de treinta jugadores que disputarán la gran final, el Tour Championship, la semana que viene en East Lake.
La peculiaridad de este torneo: se juega en el Castle Pines Golf Club, (Castle Rock, Colorado), en un bellísimo y larguísimo recorrido que está situado a casi 2.000 mil metros de altitud, con todo lo que ello supone. Por supuesto, todos los jugadores han tenido que ajustar su juego, sus medidas: la bola vuela más en altitud (en torno a un diez por ciento más), pero de un modo ciertamente inconsistente, puesto que influye mucho en la ecuación la trayectoria de la bola; cuanto más alta, más vuelo.
En este escenario cobra también importancia la finura física, puesto que estamos hablando de un campo de más de 7.000 metros de longitud (más de 8.000 yardas) y en una orografía ciertamente exigente que hay que gestionar con la pertinente reducción del nivel de oxígeno. Como quiera que los detalles terminan decidiendo, el de la adaptación y finura física puede ser decisivo esta semana. «Ya le he dicho a mi caddie que esta semana limitaremos las conversaciones en según que fairways, para concentrarse sólo en ir respirando bien”, señalaba Ludvig Aberg, con cierta guasa nórdica.
Scheffler y Schauffele lucharán por llegar primeros a East Lake, aunque Xander necesita ganar y que Scottie quede quinto o peor para desbancarlo. A partir de ahí, habrá que estar pendientes, por ejemplo, de si Hovland es capaz de seguir ganando puestos en el ranking, para darse una última oportunidad en Atlanta de revalidar su título de campeón de la FedEx Cup 2023. Y del rendimiento de otros como Matsuyama, en gran forma, o Rory McIlroy, una verdadera incógnita.
Pero nos vamos a centrar ahora en una mirada distinta a este segundo play off. Lo haremos en clave Ryder, sobre todo desde el punto de vista del bando europeo. Tenemos en Colorado a trece jugadores europeos y, respecto a la última escuadra, la de 2023 en Roma, enseguida nos damos cuenta de que la prueba del algodón no suele engañar. En este caso, la prueba de un segundo play off, con la entrada muy restringida. De los trece europeos presentes, ocho estuvieron en Roma (Rory, Lowry, Fleetwood, Hovland, Aberg, Fitzpatrick, Straka y MacIntyre).
Lo interesante, ya que la prueba del algodón no engaña, es comprobar quienes son los otros cinco, porque a cualquiera de ellos podríamos tenerlo dentro de un año largo en Bethpage. En realidad, de esos cinco sólo cuentan cuatro, puesto que el alemán Stephan Jaeger no es miembro del circuito europeo ni por el momento piensa serlo; la Ryder no entra en sus planes. Es casi un americano más: sólo ha jugado en su carrera, y tiene 35 años, ocho torneos del calendario regular del circuito europeo, y dos de ellos son híbridos que se juegan en suelo estadounidense (Barracuda, ediciones de 2022 y 2023). Jaeger, tal y como se le ha visto este año, podría ser un interesante fichaje para Luke Donald, pero no se puede ni se debe contar con él.
Vayamos, así pues, con los otros cuatro. Son Thomas Detry, Matthieu Pavon, Alex Noren y Aaron Rai. Cualquiera de ellos cuadra perfectamente en el equipo de Bethpage 2025, incluyendo al incombustible Noren. Eso sí, van a tener que pelear muy duro con tipos de LIV como Jon Rahm o Tyrrel Hatton, bien por la vía de la clasificación directa, si el español y el inglés destacan en los Grandes, bien por la de las elecciones del capitán, puesto que Donald no dudaría en llamarlos a filas a poco que su rendimiento fuera bueno en la liga saudí. De alguna manera, estos play offs nos ayudan a establecer un círculo muy concreto de candidatos, aunque luego el año Ryder de clasificación pone a cada cual en su sitio y, no lo olvidemos, ni siquiera los ocho que estuvieron en Roma y hoy están en Colorado, tienen nada asegurado. Un año Ryder de clasificación, por cierto, que arranca la semana que viene con la disputa del British Masters, que es el primer torneo que cuenta.
Un último apunte referido al equipo estadounidense, aunque los de las barras y estrellas están ahora pendientes de la Presidents Cup. De los doce jugadores que representaron a Estados Unidos en Roma están nueve presentes en este segundo play off, sólo faltan Spieth y Fowler, que no se han ganado en el campo su plaza, y Koepka, que obviamente no podía estar por su pertenencia a LIV. Pues eso, que la prueba del algodón no suele engañar.