J.J. Spaun afronta este lunes el día más importante de su carrera deportiva. Se juega la victoria en el THE PLAYERS Championship en un desempate a tres hoyos contra Rory McIlroy. Tiene 34 años, nació en Los Ángeles y hasta la fecha sólo tiene un triunfo en el PGA Tour: Valero Texas Open en 2022. No ha disputado ningún playoff en el circuito americano y sólo jugó uno en el Web.com Tour contra Collin Morikawa y Ollie Schniederjans. Ganó el segundo.
Spaun se ha metido en el desempate por méritos propios. Primero porque consiguió acabar como líder la tercera jornada con un parcial de -12. Segundo porque fue capaz de superar un mal inicio con dos bogeys en los hoyos 5 y 8. Tercero porque firmó un approach extraordinario en el 16 para dejarse el birdie hecho. Y cuarto porque supo manejar la enorme presión que tenía sobre sus hombros para firmar dos pares en el 17 y 18 para empatar con Rory McIlroy. Todo esto es verdad, pero hay un quinto punto muy clave en su vuelta del domingo. Ocurrió en el hoyo 9, justo después de hacer bogey en el 8.
Pegó una buena salida y su bola terminó en la calle, a unas 310 yardas del tee. Le quedaba un segundo golpe de 275 al hoyo. Par 5, ya saben. Tanto el tiro a green como el golpe de colocación en este hoyos son opciones delicadas. Spaun buscó una bola que pudiera entrar por el estrecho frente de green, pero no lo logró. Se le abrió un poco más de la cuenta y terminó en el rough. Muy mal. La bola estaba muy hundida. El veterano caddie Bones Mackay, comentarista de televisión a pie de campo durante el THE PLAYERS, aseguró que se había quedado «horrible».
Desde ahí tenía que pegar el tercer golpe. El birdie era casi una quimera y el par había que trabajarlo. Insistimos: venía de hacer su segundo bogey del día en el 8. Al llegar a la posición de la bola, Spaun comprobó que le molestaba un aspersor, por lo que solicitó poder aliviarse. Es un dropaje sin penalidad rutinario. Obviamente se le concedió. Su puso a buscar el punto de alivio, el más cercano a su bola donde ya no fuera molestado por el aspersor y sin ganar distancia al hoyo. Desde ahí, un palo de nuevo sin ganar distancia al hoyo para realizar el dropaje.
Con el punto de alivio elegido y el palo de distancia aún no era capaz de salir de la zona de rough espeso. Lo normal es que dropando desde la rodilla se le volviera a quedar mal, muy hundida. Sin embargo, estudiando la situación de pronto descubrió que había en distancia otro aspersor. Entonces, preguntó al árbitro del PGA Tour si podía dropar junto a ese nuevo aspersor y aliviarse por segunda vez. El árbitro le dijo que no había ningún problema.
La clave es que con ese segundo alivio Spaun ganó la distancia suficiente para poder dropar en la calle. Fue un movimiento maestro. Un instante que puede definir un torneo. La bola se le quedó perfecta, ejecutó un approach maravilloso de unos 45 metros y metió el putt para birdie. Casi con toda seguridad se ahorró un golpe y es probable que hasta dos.
El jefe de reglas del PGA Tour, durante la retransmisión de televisión, aprovechó esta historia para recordar que las reglas están para ayudar a los jugadores y por este motivo es muy importante conocerlas. Spaun demostró que se las sabe y tuvo el ingenio suficiente para aplicarlas en una situación que puede marcar, quién sabe, su futuro como jugador.