Dustin Johnson completó un 2020 sencillamente espectacular. Ganó el Travelers Championship en la temporada regular del PGA Tour, hizo lo propio en el THE NORTHERN TRUST de las series finales, se impuso en la FedEx Cup y cerró el año conquistando el Masters de Augusta, segundo major de su carrera. Un curso que cualquiera soñaría con repetir, pero que el Número 1 del mundo, con esa pose calmada, como si nada le afectara, parece dispuesto incluso a mejorar en 2021.
Listo para disputar el Sentry Tournament of Champions de la isla de Maui, en Hawái, el golfista de Carolina del Sur hizo ayer un amplio repaso de su regreso tras varias semanas de descanso dejando dos frases que son un aviso para navegantes. La primera, sobre su motivación después de un año redondo: «Motivarme no es difícil porque quiero ser el mejor, así que espero jugar un poco mejor este año». Y la segunda, sobre su estado físico: «Cuanto más juego, más crezco como golfista y como persona, me siento genial, me siento joven, como su tuviera 20 años… aunque no los tenga».
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Con semejante carta de presentación, y pese a reconocer que está «un poco oxidado aunque no del todo» después de seis semanas de descanso tras el Masters para disfrutar de la familia en el Día de Acción de Gracias y las Navidades, sin apenas entrenamientos, Dustin Johnson vuelve al PGA Tour dispuesto a seguir con su racha triunfal: «No he jugado apenas, mi juego no está tan afilado con en el Masters, pero lo poco que lo he hecho me he visto bien. Seguro que será una buena semana».
El Masters, lógicamente, fue uno de los temas más destacados de la rueda de prensa de DJ. «Tengo la chaqueta verde en el armario de mi casa, me la he puesto un par de veces, para entrevistas y cosas así, pero me la pondré alguna vez en casa. Todavía no he visto la repetición del torneo de Augusta, tengo el enlace del vídeo en el email, pero no he tenido tiempo para disfrutarlo, en estas fechas, con los niños, es complicado. Pero lo haré, lo tengo pendiente».
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Dustin, a quien difícilmente se puede ver mostrando sus emociones en un campo de golf, no pudo evitar emocionarse tras ganar el Masters: «Mucha gente que me ha dicho que le gustó verme emocionado. En el campo, normalmente, me esfuerzo para no mostrarme ni demasiado emocionado ni demasiado enojado». Lograr la victoria en Augusta era «algo con lo que soñaba», pero «hasta que no lo experimentas de verdad, no eres capaz de imaginar la sensación tan gratificante que te acompaña, fue mucho más especial de lo que esperaba».
El Número 1 ejercerá de anfitrión en el próximo Masters, en abril, aunque todavía no ha tenido tiempo para pensar qué menú ofrecerá al resto de ganadores en la Cena de Campeones: «No lo sé realmente, hay muchas opciones, no me he parado a pensarlo. Viajo con un chef durante la temporada y estoy acostumbrado a elegir el menú la mayoría de las noches para cenar, pero aún no me he decidido».
Tal vez porque el tiempo que le dedica al aspecto profesional de su vida lo emplea en su gran obsesión, seguir mejorando. En todos los aspectos del juego en general, pero sobre todo con los wedges, una de las claves de su éxito: «He evolucionado, pero aún hay muchas áreas de mi juego donde puedo mejorar. El juego corto, el putter, los wedges… Siento que puedo mejorar aún más con los wedges, que puedo golpear los hierros largos un poco mejor, y espero hacerlo, tengo margen».
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Para empezar, esta semana, en Kapalua, empezará a utilizar un nuevo driver, el SIM 2 de TaylorMade: «Voy a jugar con él estos días, me gusta, transmite muy buenas sensaciones. Seguro que reviso algunos detalles antes de encontrar la configuración que me convenza del todo. Siempre se puede buscar más distancia y más consistencia. Aunque con el que estoy jugando ahora parece funcionar bastante bien». DJ vuelve al ruedo lanzando un serio aviso a sus rivales…
