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El plan del Memorial para meter a 8.000 espectadores en su torneo

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Tiger Woods camina hacia el hoyo 18 durante la tercera ronda del Memorial. © Golffile | Brian Spurlock
El Memorial Tournament, el año pasado. © Golffile | Brian Spurlock

El Memorial Tournament se jugará del 16 al 19 de julio y será el primer torneo de golf y uno de los primeros eventos deportivos que se va a jugar con público en el mundo. Va a ser una especie de debut con picadores y, por tanto, habrá cientos de miles de ojos puestos sobre él. De su éxito o fracaso va a depender el futuro más inmediato de los torneos en el PGA Tour. Si funciona bien, su protocolo servirá de referencia. Por decirlo de otra manera, el Memorial puede marcar jurisprudencia en la manera de vivir los torneos en vivo en los próximos meses.

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Obviamente, los preparativos para conseguir un torneo seguro, cuando el coronavirus aún no estará definitivamente superado, no van a ser nada sencillos. Los responsables del torneo están en ello. Algunas ideas está claras, pero hay algunos detalles que aún deben resolver en los próximos días. Aquí les vamos a contar las líneas maestras, según ha podido saber el periodista local del The Columbus Dispatch, Rob Oller.

– El aforo se va a reducir de un cincuenta a un treinta por ciento de lo habitual. El Memorial nunca ha ofrecido cifras de público, pero se calcula que un 20 por ciento serían aproximadamente unos 8.000 espectadores. Esa es la cantidad diaria que ahora mismo está sobre la mesa de los organizadores.

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– Cada hoyo va a contar con unas demarcaciones señalizadas para los espectadores. El público debe ocupar esos lugares para garantizar la distancia de seguridad. Es algo muy similar a la parcelación de las playas que se va a llevar a cabo en España. Eso estará vigilado para que se respete. No se ha explicado qué ocurrirá con quien se salte las normas, pero seguramente será expulsado de manera inmediata del torneo.

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– Todos los espectadores deberán llevar mascarilla, a excepción de aquellos que no puedan por prescripción médica. Además, se medirá la temperatura de todos los aficionados antes de entrar al torneo. El problema de las mascarillas será el calor. En esa semana de julio en Ohio se pueden alcanzar los 35 grados.

– No habrá gradas.

– Los jugadores han sido advertidos de que no pueden interactuar con el público. Nada de choque de puños, saludos o autógrafos.

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– Los transportes colectivos de aficionados se han suprimido. No habrá autobuses para conectar los aparcamientos con el campo. Habrá que ver cómo resuelven este problema.

– Los medios de comunicación asistentes se verán reducidos en un 25 por ciento, mientras que las productoras de televisión contarán con un 50 por ciento menos del personal habitual esa semana.

Queda por ver cómo afectarán todas estas restricciones, así como el miedo que pueda existir en la población, a la asistencia de espectadores. En cualquier caso va a ser una primera prueba real y marcará lo que pueda suceder en el futuro.