Un vistazo al top ten del Arnold Palmer Invitational es suficiente para saber que algo está pasando en el golf mundial. Es ese olor tan característico, esa sensación, un ruido lejano que abre los poros competitivos de los mejores golfistas del mundo. Son los tambores del Masters de Augusta y su eco resuena con fuerza en Bay Hill.
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Es una especie de droga que dilata las pupilas y afila los colmillos. Es el modo Masters. Mediada la segunda ronda del Arnold Palmer Invitational están arriba Henrik Stenson, Rickie Fowler y Rory McIlroy. Casi nada. Tres jugadores, por otro lado, que en los últimos tiempos no andaban finos. Fowler no había brillado desde que estuvo para ganar en Phoenix a inicios de febrero y con Stenson y Rory hay que irse incluso más atrás. Sin embargo, están ahí arriba. Ahora sí, ahora ya toca. Con esto no se juega.
Stenson (-11) se mantiene en el liderato tras entregar una vuelta de 69 golpes sin bogeys, con paciencia, asumiendo con la frialdad propia del hombre de hielo que el putter no andaba echando humo como ayer. Encadenó trece pares seguidos este viernes y después tres birdies una tacada. Pim, pam, pum. La paciencia tiene premio. El sueco está empatado con Bryson DeChambeau, autor de la mejor ronda del día y candidato serio al premio Guadiana del golf mundial. Lo mismo está peleando por ganar que se tira tres semanas ‘desaparecido’…
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A la caza de Stenson, que ha soltado un serio latigazo, están Rickie Fowler (-6) y Rory McIlroy (-5), ambos tras firmar sendas tarjetas de 71 y 70 golpes. El norirlandés ha pateado mucho mejor que en las últimas semanas. De hecho, según las estadística oficial del PGA Tour de putts ganados al resto del torneo, Rory ha mejorado este capítulo hoy en diez golpes respecto a los números del Valspar. Ni que decir tiene que como McIlroy se ponga a enchufar y agarre una mínima confianza en los greenes estará para ganar donde sea.
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Y el otro nombre propio del turno matutino hoy en Bay Hill es el señor Burns, Sam Burns (-5). Empezó la temporada como jugador del Web.com Tour y está muy cerca de conseguir una tarjeta temporal del PGA Tour. Concretamente, su eclosión llegó de la mano de Tiger Woods. Jugó muy bien en el Honda Classic, pero parece que fue la última ronda de 68 golpes jugando con el californiano lo que le ha disparado. Desde entonces, ha jugado seis vueltas (cuatro en el Valspar y las dos en Bay Hill), su peor resultado ha sido un 71 y ha bajado tres veces de 70 golpes. Acabó decimosegundo la semana pasada en Innisbrook y si terminar top 4 en el Arnold Palmer conseguirá el status temporal. Cómo le ha cambiado la vida.
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En el aspecto negativo, se han quedado fuera del corte Louis Oosthuizen, Luke Donald o Charl Schwartzel. Danny Willett se ha vuelto a retirar de un torneo por molestias en el hombro.
