El proceso de reinvención que Rickie Fowler (-20) comenzó hace algunos meses, con el que intentaba poner fin a una larga travesía por el desierto que le llevó desde el 4º puesto del ranking mundial que alcanzó en 2016 hasta el 173º al que llegó a caer el pasado verano, vivirá este domingo una cita importante. Como hace un par de semanas en Los Ángeles, durante el US Open, el de Murrieta saldrá a jugar los 18 últimos hoyos del Rocket Mortgage Classic de Detroit al frente de la clasificación. Esta vez sin nadie que le acompañe en el primer puesto, pero con una lista casi interminable de perseguidores en la tabla.
En apenas cuatro golpes, una distancia más que recuperable en un campo como el Detroit Golf Club en el que los birdies caen prácticamente por ‘castigo’, aparecen nada menos que 10 jugadores. Por lo que no será sencillo para el bueno de Rickie poner fin a los cuatro años y medio de sequía en su palmarés, desde que en febrero de 2019 conquistara el Phoenix Open, el último de sus cinco títulos en el PGA Tour. Pero en el ‘moving day’ de hoy, con un brillante 64, la segunda mejor tarjeta del día, ha demostrado una vez más que vuelve a estar preparado para ganar.
Fowler cambió de caddie, cambió de entrenador recurriendo a Butch Harmon e incluso le dio una vuelta a su material el pasado otoño. Y desde entonces, su progresión ha sido sencillamente espectacular. En lo que va de 2023 suma cinco top 10, siete resultados más entre los 20 mejores y un único corte fallado. Una notable mejoría que ha tenido especial relevancia el último mes y medio, con un sexto puesto, un noveno, un quinto y un decimotercero en sus cuatro últimas apariciones. La victoria ronda al californiano y quién sabe si Detroit puede ser el esperado punto de inflexión que vuelva a relanzar su carrera.
Hoy ha sido capaz de hacerle nueve birdies al campo diseñado por Donald Ross en el Detroit Golf Club, y sólo el canadiense Adam Hadwin (-19), su principal perseguidor, ha sido capaz de mejorar sus registros con un tremendo 63 con siete birdies y un eagle, sin fallo. Pero las facilidades que está dando el recorrido de Michigan hace que haya que incluir obligatoriamente en la ecuación a jugadores como Taylor Pendrith (-18), Peter Kuest (-17), Aaron Rai (-17), Carl Yuan (-16), Dylan Wu (-16), Collin Morikawa (-16), Justin Lower (-16) o Taylor Moore (-16), y no descartar todavía a los muchos jugadores que empatan en la 11ª plaza con 14 golpes bajo par.
El festival de birdies en que se convierte cada año el Rocket Morgage Classic, siempre que la climatología lo permita (hoy, ni siquiera una larga interrupción por tormentas eléctricas alteró el plan, con apenas ocho de los 84 jugadores que superaron el corte jugando sobre par), hace que los 18 últimos hoyos del torneo se conviertan en una carrera al sprint por la victoria con muchos candidatos. Aunque la ventaja la tendrá Rickie, dispuesto a no desaprovechar su segunda oportunidad en apenas un par de semanas de recuperar esa ‘vieja’ sensación de lo que significa ganar en el PGA Tour.
Este evento está siendo el 96º en el que participa desde su último título en la gira. Nunca había estado tanto tiempo sin ganar. Ni siquiera para conseguir su primera victoria en el circuito, que logró en su 72º evento. La de mañana será la tercera vez que parte como líder o colíder esta temporada en la última ronda y en ninguna de las dos anteriores consiguió ganar. De hecho, sólo en dos de las 10 veces que inició los 18 últimos hoyos de un torneo del PGA Tour como líder o colíder consiguió levantar el trofeo. Una estadística a mejorar este domingo para volver de una vez por todas la círculo de ganadores.