Jim Furyk es el líder del AT&T Pebble Beach National Pro Am a falta de 18 hoyos. Tremendo lo del veterano norteamericano. No se cansa, no se rinde. Ahí sigue año tras año. Es don erre que erre. Ayer firmó la mejor tarjeta de toda su carrera en Pebble Beach, 63 golpes. Era la decimonovena vez que se enfrentaba al legendario recorrido de California. Una muesca más en su cinturón.
Eso sí, ahora le queda la muesca más importante, la victoria, algo que se le viene resistiendo en los últimos años. Su estadística lo dice todo: no ha ganado en ninguna de las ocho últimas veces que salió como líder el domingo. Un duro registro. Una losa con la que no es fácil luchar, pero ante la que Furyk siempre tiene la misma respuesta: volver a intentarlo. Y ahí está. ¿Será a la novena? Quién sabe…
La temporada pasada acabó cuatro veces segundo y consiguió once top ten. No es poco consuelo. Es más, es la explicación a que, pese a no haber ganado desde el último torneo del circuito americano en 2010, ocupe la sexta posición en el ranking mundial. Su insistencia y coraje es fabulosa. «La última razón por la que todos los días salgo de la cama es para intentar ganar torneos. Es el objetivo y duele no conseguirlo más a menudo, pero al fin y al cabo lo único que puedo hacer es seguir dejándome opciones e intentarlo. No puedo decir que la temporada pasada fuera mala», explica.
Furyk saldrá con un golpe de ventaja sobre Matt Jones y Brandt Snedeker y dos sobre Nick Watney.
