Jon Rahm (-3) ha firmado una tarjeta de 67 golpes en la primera jornada del Travelers Championship, un buen resultado, qué duda cabe, pero insuficiente para acercarse de lejos siquiera a la cabeza del torneo. Keegan Bradley (-8) había dejado ya un listón muy exigente en el turno matutino de juego, vuelta de 62, y luego Denny McCarthy (-10) lo mejoraba en el vespertino con una vuelta mareante de 60 golpes. Y pudiera uno pensar: claro, se habrá hartado de enchufar puros, siendo como es uno de los mejores pateadores del mundo, si no el mejor… Pues no, hoy no ha ido por ahí la cosa: hoy se ha hartado de dejar la bola muy cerca de la bandera. Parecía cosa de brujería.
No sólo Bradley y McCarthy han hilado fino, también Adam Scott (-8) y el de siempre, Scottie Scheffler (-7), que hoy ha jugado junto a Jon Rahm y una vez más, como casi siempre que han salido juntos en el año 2023, le ha enseñado la matrícula al de Barrika; vueltón de 63 golpes y una vez más, otra semana, y van tropecientas, presentando una sólida candidatura al triunfo. Es insaciable.
En realidad, el registro de -5 andaba luchando por mantenerse a duras penas dentro del top ten en una jornada de calma chicha. Este recorrido del TPC River Highlands (Cromwell, Connecticut), ya se sabe, es muy generoso, entre otras cosas porque es muy corto. Todo aquel que tiene un día decente desde el tee normalmente se va a procurar un buen manojo de excelentes opciones de birdie. Aunque no nos resistimos a una broma simplona, US Open mediante: ni que el campo lo hubiera preparado la USGA, con tanto tarjetón y semejante festival de birdies… Lo dicho, una broma: en tierras de Connecticut los chicos por debajo del par rondan el centenar.
A Jon no se le ha visto precisamente inspirado desde el tee. Y no es que se haya metido en muchos los líos, pero sí en los justos para frenar la inercia. Todavía, incluso, salvaba dos excelentes pares. Uno, embocando un buen canuto en el hoyo 4; otro, enchufando un mega purazo en el 11. Y en el 18, tras complicarse de nuevo desde la salida, salvaba el par con un excelente tercer tiro desde la calle. Tan excelente, que andaba incluso cerca de embocar para birdie. Por lo demás, hasta cinco birdies ha sumado el español, dos de ellos en los hoyos 16 y 17, mostrando una vez más esa magnífica pulsión que tiene por rebañar el plato hasta el final. No ha sido el suyo el arranque soñado, pero no está descolgado, ni mucho menos. Hay partido.
Decíamos que a Scheffler le va la marcha de jugar junto a Jon. En este 2023 el peor resultado que ha hecho junto al vasco ha sido un 68. Rahm es pura jalea real para el texano, puro chute de energía, aunque quizá habría que preguntarse quién no lo es, en vista de que no deja de encadenar grandes registros. Salga con quien salga a jugar, sea la ronda y la semana que sea. Vaya manera de defender el trono mundial, golpe a golpe, hoyo a hoyo.
La eficiencia de este jugador es digna de estudio. Hoy ha cogido sólo cuatro calles, y sin embargo cazaba casi el noventa por ciento de los greenes en regulación (16/18). No es de este planeta el control de las distancias que muestra pegando desde el rough. Y no, no puede ser que siempre se le quede perfecta la bola; la explicación no puede ser tan sencilla. Vaya manos que gasta. Vaya señora intuición. Y vaya clase.
Todavía van a verse las caras, Jon y Scottie, como mínimo en la ronda matutina de este viernes. Quizá a la sexta (cinco veces han jugado ya juntos en 2023) vaya la vencida.
