Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Hace ocho años: aquella charla reveladora después del pelotazo en Phoenix

Hace ocho años: aquella charla reveladora después del pelotazo en Phoenix

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Jon Rahm. © Joe Lumaya | Golffile
Jon Rahm. © Joe Lumaya | Golffile

El primer gran aldabonazo de Jon Rahm en la jungla profesional del golf de élite, siendo todavía amateur, tuvo lugar hace ocho años en Phoenix, en el mismo torneo donde esta semana el jugador español tiene opciones reales de conquistar de nuevo el Número Uno mundial.

Concretamente, el 1 de febrero de 2015 Rahm firmaba un 68 en la última ronda del Waste Management Phoenix Open para terminar en una más que sorprendente quinta posición, a sólo tres golpes del ganador, Brooks Koepka. ¿Sorprendente, tratándose de quien se trataba? Ahora, al cabo de los años, sería demasiado sencillo evaluarlo de otra manera, pero hay que pensar que era sólo el segundo torneo profesional que Jon jugaba como amateur y que en el primero, dos meses y medio antes (Mayakoba, noviembre de 2014), no había pasado el corte.

Inmediatamente después de semejante éxito el jugador español viajaba a Hawai para disputar un torneo con su universidad, Arizona State. Y en ese traslado se produjo un hecho llamativo, tal y como recordaba Tim Mickelson, su entrenador en el equipo universitario, y quedó reflejado en el libro Jon Rahm. Señalado por los dioses. “El momento en que confirmé que Jon era alguien especial fue cuando acabó quinto en el Waste Management Phoenix Open, cuando era estudiante de tercer año en la universidad. Pero no fue sólo el hecho de que terminara quinto, fue más bien por algo que ocurrió al día siguiente. Volábamos en avión hacia Hawai para jugar un torneo universitario, y me miró y me dijo: entrenador, prometo quedarme los cuatro años, no tienes que preocuparte de que me vaya a ir antes de acabar. Para mi fue un gran momento. Jon ya sabía en ese instante que era un jugador lo suficientemente bueno para jugar en el PGA Tour, pero en aquella conversación se refirió a su compromiso con Arizona State por cuatro años y a la promesa que le había hecho a su padre de que se iba a graduar. En aquel momento pensé que no sólo tenía un aura especial como jugador, sino que también era un hombre de palabra, con mucha integridad”.

Como suele decirse, lo que vino después ya es historia. Rahm, en efecto, desoyó los cantos de sirena y se centró sólo en el ‘negocio’ que tenía entre manos en aquel momento, que pasaba por su quehacer con el equipo de Arizona State, sumando tres victorias, dos segundos puestos y un tercero en sus siguientes ocho torneos universitarios después del aldabonazo en Phoenix.