Scottie Scheffler (-3) ha cumplido con la mejor de las expectativas en la segunda jornada del Charles Schwab Challenge, después del sorprendente traspié del jueves (firmaba una ronda de 72 golpes, dos más en el día) que lo situaba en una posición algo delicada. Una tarjeta inmaculada, sin bogeys, de 65 golpes, cinco menos en el día, nos devuelve al Número Uno mundial a su zona de confort, a su ecosistema, a su hogar… A la zona caliente de la tabla, en otras palabras, y a tres golpes de liderato que ocupaban Sungjae Im (-6) y Keegan Bradley (-6) en el momento de editar esta crónica y con el turno vespertino de juego recién comenzado en el Colonial Country Club. No hay que descartar entonces que al final del día su desventaja con la cabeza sea algo mayor, porque hay tipos como Tony Finau o Brian Harman que salen a jugar por la tarde con ganas de pelea después de su 66 del primer día.
Es cierto que las condiciones de juego no eran tan complicadas como ayer, porque no soplaba tanto el viento, pero el texano, además, ha estado mucho más ordenado. Todavía, eso sí, no ha alcanzado el nivel superlativo de otras actuaciones. Por ejemplo, se veía obligado a embocar desde fuera de green en el hoyo 9, el último de su vuelta, para salvar el par, después de una pequeña liada, cuando incluso estaba mirando de reojo a un doble bogey… Pero claro, es que estas son las cosas que hacen este tipo de jugadores para mantener una dinámica positiva, o bien, como era el caso, para rematar una gran ronda de golf en el último suspiro.
Scheffler, para entendernos, ha estado hoy de notable alto, pero no ha sido el mejor jugador sobre el campo, ni el que más golpes le ha ganado a la media desde el tee o aprochando a green, como tantas y tantas veces… Y sin embargo le ha llegado para firmar un cartón de cinco menos sin demasiados apuros ni aspavientos, dejando además varios momentos marca de la casa, refulgentes, fabulosos, como esa serie de cuatro birdies consecutivos (hoyos 18, 1, 2 y 3) en la que el putt más largo que se veía obligado a embocar para hacer el birdie no llegaba ni al metro de distancia. Está de nuevo en la pelea tras la desconexión inaudita de la primera jornada que lo llevó por la calle de la amargura durante siete hoyos pestosos. Chicos, he regresado y me veréis en los últimos partidos del domingo.
Jorge Campillo (+5) se ha fajado con todo lo que tenía para remontar y meterse en el fin de semana, pero su driver hoy no estaba por la labor. Se ha metido en demasiados problemas desde el tee, una y otra vez, y desde ese rough traicionero de bermuda no es nada sencillo manejarse para ir salvando todas las situaciones peliagudas. No le queda otra que apretar los dientes y afinar la artillería pesada de cara a la próxima semana en Canadá.
