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El consejo de las cinco horas de Melody da resultado a su marido en el Sentry

La mujer de Spaun y la teoría de Aíto

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J. J. Spaun
J. J. Spaun. © Golffile | Eoin Clarke

Aíto García Reneses, a sus pies, no necesita presentación. Entrenador de dilatada y brillantísima trayectoria en el baloncesto, continúa exhibiendo sus enseñanzas al frente del Girona de la Liga ACB con… 76 años recién cumplidos. Una voz autorizada del deporte y de la vida. Su paso por Sevilla entre 2012 y 2014 siempre será recordado porque modeló un equipo de mocitos (Kristaps Porzingis, Tomas Satoransky, Willy Hernangómez, Joan Sastre, Ondrej Balvin…) que dieron guerra durante su segunda campaña en San Pablo.
Este maestro de la canasta va mucho más allá del clásico sistema, sistema, sistema. En su estilo pedagógico tiene grabado a fuego que los jugadores interpreten el juego desde su inteligencia, les da libertad; de hecho, en algunos tiempos muertos llegó a plantearles: «¿Qué queréis hacer?», en lugar de imponer una jugada concreta de ataque. Un mentor más que un técnico, vaya.

Pues otro de los principios del ex entrenador del Joventut, Barcelona, Unicaja, Gran Canaria y Alba Berlín, y ex seleccionador de la mítica selección que peleó el oro olímpico con Estados Unidos en Pekín 2008, se basa en que los jugadores se olviden por completo del baloncesto cuando terminan una sesión de trabajo o acaban un partido. Se acabó. A otra cosa. Un paseo, entretenerse con la Play, leer un rato, ir al cine o ver una serie… No baloncesto.

Y viene a cuento por la historia de la mujer de J. J. Spaun. Melody le dejó un mensaje bien claro a su marido que durante esta semana en Maui: «Estás cinco horas en el Plantation Course of Kapalua y el resto lo pasas con nuestra hija, Emerson, y conmigo. Te olvidas del golf». El consejo le está viniendo de perlas al californiano de Los Ángeles. Colideró el Sentry Tournamente of Champions tras la primera ronda y comparte la segunda posición tras la tercera. Melody no tiene ni bendita idea de golf (quizás sepa menos incluso que quien firma esta contracrónica…), pero su asesoramiento está dando muchos frutos.

La obsesión por el trabajo, muchas veces fuera del horario laboral, agobia y estresa tanto a deportistas, a periodistas y a cualquier hijo de vecino que acaba siendo perjudicial y se consigue el efecto contrario: peores resultados. En definitiva, vamos a relajarnos todos un poco en este 2023 y seguro que el año sólo nos depara parabienes. Así sea.