Por la mañana fue el driver. No terminaba de carburar. No eran buenas noticias en un campo tan técnico, tan de precisión, en donde antes o después, si no vas por el sitio, vas a pagar un caro peaje. Con todo y con eso, sacaba adelante una segunda ronda al par del campo y se mantenía en la zona templada y con los líderes todavía dentro del campo de visión. A Jon Rahm (-2, a falta de seis hoyos para terminar la tercera vuelta), incluso, se le veía aliviado, satisfecho y dispuesto antes de afrontar la tercera ronda.
La primera, en la frente. El de Barrika jugaba un gran hoyo 1, pero su putt de birdie se escapaba por milímetros y luego fallaba el de vuelta, muy cortito. No obstante, en la siguiente parada, el par 5 del hoyo 2, de nuevo levitaba de tee a green y, aunque no acertaba a convertir una excelente ocasión de eagle, al menos igualaba las fuerzas con un birdie dado.
Desde ese punto, en adelante, el resumen de su tercera vuelta, o mejor dicho, de los doce hoyos que le ha dado tiempo a jugar antes de la suspensión por falta de luz, bien podría ser éste: Jon demostraba una y otra vez desde el tee que había encontrado el jarabe de urgencia que aplacase la tos mañanera de su driver y, sin embargo, ahora le costaba una barbaridad dejar la bola en distancias más razonables de birdie. Había arreglado un roto por aquí (el driver), pero se le abría otra pequeña vía de agua por allá (los segundos tiros y, más concretamente, los wedges desde la calle)…
En realidad, esta larga jornada de golf de domingo en la que Jon ha jugado 35 hoyos, ha sido hasta cierto punto un reflejo fidedigno de lo que viene aconteciendo en su año 2022. No termina de ‘dispararse’, de soltarse, de exprimir sus virtudes y los buenos golpes. Cuando no es una cosa, es otra, pero no acaba de lanzarse cuesta abajo y de poner la inercia competitiva a su favor.
Jon no llegó a pegar su golpe en el tee del 13, par 3, antes de la suspensión. Tiene por delante, por tanto, el último tercio de la tercera ronda y la cuarta entera. ¿Apelamos de nuevo a la épica? Hacerlo desde aquí es gratis, desde luego. Pero ya no se trata tanto de eso como de que Jon al fin se encuentre cómodo una ronda completa de golf. Su actitud sigue siendo formidable, así que conviene seguir esperando con paciencia y esperanza.
Por otro lado, visto de puertas hacia afuera, queda ahora mismo algo más que un consuelo para el golf español: de los cinco candidatos al Número Uno mundial esta semana, lista que él encabezaba como titular del trono, Jon es el mejor en la tabla y parece dueño de su destino. Morikawa, Cantlay fallaron el corte, de hecho, mientras que Scheffler anda lejos (acumulado de +1 a falta de nueve hoyos para terminar la tercera ronda) y Hovland está ahora mismo empatado con el vasco en la tabla con un acumulado de -2 ocho hoyos por delante para acabar la tercera ronda. Situación bajo control.
