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Crónica de la vuelta de Jon Rahm en la tercera jornada del WM Phoenix Open

Jon no termina de sentirse profeta en su tierra (de adopción)

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Jon Rahm durante la tercera jornada del WM Phoenix Open 2022. © Golffile | Eoin Clarke
Jon Rahm durante la tercera jornada del WM Phoenix Open 2022. © Golffile | Eoin Clarke

Jon Rahm (-8) ha finalizado su tercera vuelta en el Phoenix Open con un resultado de 68 golpes muy bien trabajado, luchado hasta el último suspiro (embocaba un putt en el 18 de casi dos metros para salvar el par), pero seguramente insuficiente para añadirse al paquete de serios candidatos al triunfo.

De momento, en seis ediciones ya disputadas y la séptima a punto de caramelo, la historia del jugador español en esta cita, que se disputa en su terruño de adopción y en la que desea fervientemente ser el mejor, ha sido similar cada año. De un modo u otro, no le llega para ganar o para colocarse con las opciones intactas en los últimos hoyos del domingo. Podemos estar seguros de que Rahm no desistirá en el empeño cada año, en cada edición, pero de momento el Stadium course del TPC Scottsdale no termina de rendirse abatido a sus pies. A ver, todo sea dicho con matices. Al fin y al cabo, el español ha completado ya 27 vueltas de competición en este campo y 26 de ellas han sido por debajo del par. Las tres de la presente semana, sin ir más lejos. Pero no le llega. No es suficiente. No termina de romper, de mandar en esta plaza, de someterla.

Decíamos que Jon no va a desistir. Tampoco mañana, en la última y definitiva ronda. Saldrá aproximadamente una hora y cuarto antes que el partido estelar y necesitaría, a ojo de buen cubero, una vuelta en torno a los 64 o 63 golpes para de verdad aspirar al triunfo. Nunca hasta la fecha ha firmado una tarjeta de tal calibre en estos parajes y ni por esas podría garantizarse nada. En fin, con el morrosko de Barrika en el dilema, tampoco puede descartarse ninguna cabalgada épica: necesita batir su récord en este campo para meter presión a los líderes y no parece un objetivo inalcanzable o imposible.

Hoy, por lo menos, se ha sacado una pequeña pero molesta espina en los pares 5. Arrastraba un parcial de +1 en esos hoyos de las dos primeras rondas y, lo que es más sorprendente, sin haber conseguido un solo birdie, pero en el tercer intento ha hecho uno en cada uno de los hoyos largos del campo. Jon ha firmado hasta seis birdies, pero en esta ocasión le ha lastrado el desacierto alrededor de los greenes, pues prácticamente le caía un bogey cada vez que fallaba un green en regulación, de tal modo que se le hacía imposible entrar de verdad en calor y soltarse el pelo.

La remontada, en todo caso, pasa por los llamados ‘bonus’. Difícilmente puede pensarse en un resultado tan bajo sin que por el camino caigan algunos puritos. En toda la semana sólo ha enchufados dos putts verdaderamente largos, uno de siete metros y otro de seis. Veremos si se ha guardado al menos otros tantos para mañana. Sea como sea, si a estas alturas todavía puede reunir un porcentaje escaso de posibilidades, se debe a su importante y decidida reacción en el último tercio de esta tercera jornada, donde sacaba un parcial de tres menos, aprovechando los pares 5 y el hoyo 17, el par 4 corto que tantas alegrías le ha proporcionado en este campo.

Junto a él, en el mismo partido, Justin Thomas (-8) firmaba el mismo resultado, vuelta de 68. Así que mañana estos dos ‘killers’ volverán a salir juntos, retándose el uno al otro y, de paso, si se tercia, a los líderes. Si alguien puede, desde luego son ellos.

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