Charley Hoffman (-3) pasó el corte en el Waste Management Phoenix Open y ocupa el puesto 44º en la clasificación. El balance no es horrible, pero podría haber sido mejor de no ser por el doble bogey que sufrió en el hoyo 13 del TPC Scottsdale.
La herida pica todavía más si tenemos en cuenta que es el hoyo más fácil del torneo. Si convertimos ese doble bogey en un birdie, por ejemplo, Hoffman estaría 30 puestos más arriba. La diferencia es notable. Como es natural, el doble bogey le sentó a cuerno quemado al norteamericano y acabó despachándose con una rajada de época al acabar la vuelta.
Hoffman decidió que era una buen momento para lanzar dinamita contra el PGA Tour. El enfado del jugador rubio, que juega normalmente con un guante de color verde, fue causado por un dropaje. Mandó su bola al agua de salida y tuvo que dropar en una zona con muy poca hierba y con pendiente hacia el lago. Después de dos intentos sin que la bola se quedara quieta, la tuvo que poner con la mano como manda el protocolo. Ahí ya sí se paró y estaba en juego. Sin embargo, en mitad de la preparación del golpe la bola comenzó a rodar de nuevo y acabó en el agua. Segunda penalidad. Estalló Hoffman.
«Lo del hoyo 13 hoy ha sido una broma», comentó en redes sociales interpelando al PGA Tour y a la USGA. «Tiró mi bola al agua de salida y dropo en una zona en cuesta sin hierba. Lo intentó dos veces y después coloco la bola en una mínima zona de hierba que encuentro. Me doy la vuelta y la bola se empieza a mover y acaba en el agua. Tenía la impresión de que la USGA había cambiado la Regla. Error. Tuve que dropar de nuevo con penalidad sin haber hecho nada malo. Hice todo tal y como manda el libro de las reglas», explica.
A partir de aquí, se empieza a calentar y arremete contra todo. «Es incomprensible que un grupo de amateurs sea el responsable de las reglas del golf profesional. También culpo a los árbitros del PGA Tour por poner esta terrible área de penalidad donde debería haber sabido que esto podía pasar. Cero grado de responsabilidad. Cero protección a los jugadores. Me pregunto por qué los jugadores se estarán planteando saltar de este barco para irse a jugar otro Tour. Los jugadores necesitan transparencia, protección y consistencia. Y ahora mismo no lo tenemos con los que nos gobiernan», señala.
La rajada es muy importante. Aprovecha un problema puntual en el dropaje del 13, que puede tener toda la razón, para arremeter contra todo el sistema. Además, Hoffman no es un jugador cualquiera. Representa a los jugadores ante el PGA Tour. Quizá por ello remató así su mensaje: «lo siento Jay (en referencia a Jay Monahan, jefe del PGA Tour), todos necesitamos hacerlo mejor a todos los niveles en el PGA Tour, incluido yo mismo que represento a los jugadores en los órganos de direccción. Si no lo hacemos nos quedaremos sin circuito. Ojalá se produzcan pronto algunos cambios», sentenció.
Por si no hubiera suficiente leña en el fuego, Bryson DeChambeau, que pasaba por allí, añadió un tronco más. «Completamente de acuerdo con Charley»…
Veremos las consecuencias de este ‘viaje’ de Hoffman al PGA Tour. Desde luego, la crítica es despiadada y habrá que estar pendientes a la respuesta del propio circuito y al posicionamiento de los jugadores. Sea como fuere, da la sensación de que se está produciendo una clara división entre los jugadores.
