Por vez primera en los últimos veinte meses el clásico vistazo de viernes en busca de los jugadores ilustres que han fallado el corte en un torneo se topará con el nombre de Jon Rahm (-2), que hoy ha firmado un 71 en la segunda jornada del Travelers Championship, resultado que lo va a dejar fuera. En efecto, la última vez que el español se había visto en tal tesitura fue un 17 de octubre de 2021, en el Estrella Damm Andalucía Masters de Valderrama, aunque es cierto que hace unos meses tampoco estaba durante el fin de semana del THE PLAYERS, a causa de una enfermedad que lo dejaba fuera de juego antes de salir a jugar la segunda ronda.
Es un hecho noticioso, por supuesto, aunque en realidad lo extraño es que a este jugador, de una manera u otra, siempre le llegara para mantenerse a flote en un deporte que no perdona y admite de ninguna de la maneras tales periodos, siempre y cuando no se hable de la gran referencia, Tiger Woods.
Por eso, quizá le hubiera llegado el momento de hacerse a la idea y asumir el ‘accidente’, agarrándose al famoso dicho: lo quie no puede ser, no puede ser y además es imposible… Pero nada más lejos de la realidad: Jon todavía pateaba para birdie en el hoyo 9 del TPC River Highlands desde unos nueve metros y se quejaba amargamente cuando su bola lamía el borde de la cazoleta. Seguramente sabía ya en ese momento que el acumulado que traía no le iba a llegar, aunque ha habido que esperar un tiempo prudencial para confirmarlo, mientras se sigue disputando la segunda jornada en el recorrido de Cromwell, Connecticut.
Antes, en el 8, par 3, también lo había intentado desde unos siete metros. Y, sobre todo, en el 7 desaprovechaba una gran opción de birdie desde unos tres metros, después de haber pegado un salidón de locura de unos 320 metros en uno de los hoyos más complicados y un sobresaliente segundo disparo. Jon no ha pasado el corte, pero no será porque no haya puesto toda la carne en el asador. La mucha o poca que tuviera, que esa es otra, porque es muy cierto que le estaba costando una barbaridad hacer resultado, a las buenas y a las malas. Tan destacable son esos veinte meses sin perder el pulso con el campo antes de tiempo, como el haber sufrido tan profundamente el hecho de fallar el corte.
No había más que mirar al liderato de Denny McCarthy (-15, hoy vuelta de 65) para darse cuenta de que la victoria se había convertido ya en un objetivo inalcanzable, así que incluso podía ser un buen momento de bajar la cabeza, resignarse y marcharse a casa a resetear de verdad, enfocándose en el Open de Royal Liverpool, su próxima comparecencia, más que satisfecho y colmado con esa chaqueta verde y las otras tres victorias del año en ristre. Sin embargo, esa manera de pensar y de estar en un campo de golf no van con este hombre. Afortunadamente, se podría apuntar.
A su lado, Scottie Scheffler (-7, vuelta de 70) tampoco ha vivido una de sus mejores mañanas, harto de dejarse por el camino muy buenas opciones de birdie, pero volvía a ejercer de kryptonita ante el de Barrika, qué le vamos a hacer. Anda que no van a tener tiempo estos dos de verse las caras y de resarcirse mutuamente de todo lo que tengan que resarcirse, aunque no dejen de ser escaramuzas sin importancia, que no suman ni restan en el historial. Hoy es el texano quien domina en los duelos directos, aquellos que se dan cuando van jugando juntos (hasta cinco, de seis, le ha ganado en esta temporada, y el otro lo empataron), pero las tornas cambiarán y seguirán siendo eso, una mera distracción sin verdadero peso específico.