Jon Rahm (PAR) sigue sin encontrarse cómodo esta semana en el TPC Southwind. Va y viene, sufre por momentos, lo lucha todo, invoca al genio de la lámpara cuando no queda más remedio, pero no encuentra el equilibrio. Demasiados sobresaltos y seguramente demasiados errores desde el tee, otra vez. Y también un buen puñado de excelentes disparos, por supuesto, porque a este tipo no le achantan tampoco los días envenenados de golf. Así que hoy, por lo civil o lo criminal, en esta segunda jornada del Fedex St. Jude Championship, terminaba ganándole el pulso al campo por derribo con una tarjeta de 67 golpes, tres menos, fantástica a todas luces, visto lo visto.
El caso es que por los primeros nueve hoyos había hecho los deberes, con un parcial de tres menos que eliminaba el pesado lastre del jueves, aunque fuera sólo en parte, pues es un campo donde se están haciendo resultados más que notables y la cabeza del torneo seguía muy lejos. Se trataba de seguir remando para, incluso, meterse en la pelea de cara al fin de semana, aunque fuera desde una segunda o tercera línea. Pero no hay descanso para Jon esta semana en Memphis…
Una bola con un pegote de barro en el 10, dos malas salidas en los pares 3 de la segunda mitad del recorrido, hoyos 11 y 14, una madera 3 en el tee del 12 defectuosa, un drive que no terminaba de abrir en el 16, el último par 5… Fatiguitas y más fatiguitas. Es cierto que el vasco fallaba dos putts más bien cortos, pero también lo es que en realidad su putter le ha librado hoy con toda seguridad de un castigo mayor, pues salvaba excelentes pares en esos hoyos 11 y 14, además de embocar también putts medios y largos de birdie. No, el putt no ha sido el problema.
Rahmbo se dejaba para el final la gran traca, que de alguna manera también ha sido reflejo o resumen de lo que está siendo hasta ahora este primer play off para el de Barrika. En el 17 pegaba un segundo tiro fabuloso desde unos 180 metros y convertía el birdie con un putt de unos dos metros y medio; pero es que en el 18 se iba al agua de salida, como ayer, dejándose después del pertinente dropaje un monstruoso disparo de casi 230 metros (también como ayer…), por lo que la sombra del doble bogey en este par 4 era mucho más que alargada. Nada, nada: Jon la llevaba desde allí al bunker de green y luego la embocaba desde la arena para salvar un par irrealizable, imposible… Absurdo.
¿Y si la tormenta ya ha pasado? Pues que se vayan preparando todos, aunque el líder, Lucas Glover (-10) está demasiado lejos como para pensar en la madre de todas las remontadas. El final de su vuelta de hoy, tan dramático como apoteósico, invita a pensar en un fin de semana de altos vuelos en el que el español pueda defender con éxito su Número 1 de la Fedex Cup (hoy se ha ido a dormir como Número 2, pues Scheffler, con su -7 y octavo puesto provisionales le sobrepasa). Queda de nuevo meridianamente claro que con Rahmbo hay que quedarse hasta el final. Sea de un hoyo, de una vuelta, de un torneo o de una temporada. Hasta el final.
