Jon Rahm (-9) va a poder luchar durante el fin de semana por el triunfo en el ZOZO Championship después de entregar un 67 en la segunda jornada, cinco menos en el día, resultado que le ha dejado a cinco golpes del líder, Justin Thomas (-14). Puede que el hecho de ver al de Barrika metido en la pelea después de 36 hoyos no sea noticioso, afortunadamente, pero tal y como estaban yendo las cosas merece la pena considerar su situación como una buena nueva.
Ni Justin Thomas puede estar tranquilo con lo que se viene encima…
El español se ha hartado hoy de remar contra la corriente en el Sherwood Country Club, pero al menos conseguía alcanzar la orilla a salvo, sin daños en el bote y antes de que cayera la noche. De hecho, se puede afirmar sin riesgo alguno de exageración que a mitad de vuelta Jon estaba prácticamente fuera de juego, pues pasaba por dicho meridiano con un parcial de PAR que lo mantenía estancado en alta mar, mientras una ‘multitud’ avanzaba y avanzaba a golpe de birdies y tambores.
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Más allá del exiguo resultado, el gran problema de Jon en esos momentos era que su juego de tee a green estaba siendo de nuevo poco menos que impecable. Incluso brillante. Pero sólo había sido capaz de hacer un birdie casi dado en un par 5 (hoyo 5) y luego, como si fuera una losa de granito, le había caído encima un bogey muy doloroso (hoyo 7) cuando estaba pateando para birdie desde poco más de tres metros…
¿Creen ustedes que Jon Rahm echa de menos al público? (VÍDEO)
En un campo donde el ritmo de birdies seguía siendo alto y constante, semejante tesitura se convierte inmediatamente en algo así como una bomba de relojería, pues el jugador puede sentir que ha llegado el momento del todo o nada. Sin embargo, Rahm no dejaba de remar sin perder el compás. Mucho orden: tee-calle-green-tee-calle-green-tee…. Paciente, más que resignado. Y aguardando todavía su momento, que al fin llegaba en el hoyo 11, par 5, una vez que al fin embocaba un putt largo de eagle (desde algo más de seis metros). A partir de ese punto de la vuelta, y sin dejar de procurarse opciones, iban a caer tres birdies más que se antojaban casi imprescindibles. Y justos. Sobre todo se antojaban justos, puesto que, ahí queda el dato, el joven vasco cerraba la ronda habiendo fallado sólo una calle y un green.
Rahm ha tenido el liderato mucho más cerca de lo que parece
Lo dicho: Jon ha conseguido meterse en el lío. Tiene a mucha gente por delante, pero está en la pelea. Eso sí, no hay que llevarse a engaño: durante el fin de semana va a necesitar mejorar todavía más sus guarismos, no le queda otra si de verdad aspira a ganar, porque quien levante el trofeo este domingo, en este recorrido californiano, tal y como se están dando las condiciones de juego, al menos va a tener que hacer una vuelta de 65 ó 64 golpes, sino algo decididamente mejor. Eso como mínimo.
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No olvidemos, por ejemplo, que en esta segunda jornada Richy Werenski batía el récord del campo (61), y que además se han visto varios ‘sesenta y treses’ y ‘sesenta y cuatros’… En fin, quedémonos con este otro dato tumbativo: Jon se marchaba hoy con un buen 67 en las alforjas en una jornada que ha puesto a prueba su paciencia, pero es que casi treinta jugadores han firmado un resultado mejor que el suyo y la media de golpes en el campo ha sido de 67,87 golpes, una auténtica bestialidad. De hecho, el de Barrika, después de firmar su 67 había perdido cinco posiciones en la tabla…
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Los remos son herramienta indispensable del golfista. Pero antes o después conviene desplegar imponentes y henchidas las velas. Y aún podríamos armar otra metáfora tanto o más petulante, pero no menos elocuente: Rahm no ha dejado de sembrar el jueves y el viernes y es casi de pura justicia deportiva que este fin de semana recoja los frutos.
¿No preferirían evitar las faltas de ortografía en un titular y escribir que un golfista se desuella las manos, en lugar de que se «desolla»?
¡Hola! Pues muchas gracias por la aclaración. Efectivamente, tiene usted toda la razón y le agradecemos el comentario para poder corregirlo. Ya lo hemos escrito correctamente. Un saludo!