Jon Rahm se enfrentará esta semana a uno de los rincones más temidos del mapa del PGA Tour. Es conocido como la ‘Milla Verde’ y corresponde a los hoyos 16, 17 y 18 del mítico recorrido de Quail Hollow, en Carolina del Norte. Es la sede del Wells Fargo Championship que arranca este jueves. Será la segunda vez que se vean la caras. De la primera ocasión hay una seria cuenta pendiente. Rahm salió bastante golpeado y no hay que conocer demasiado al de Barrika para saber que llega con sed de venganza.
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La única vez que se juntaron en un ‘cuadrilátero’ de golf fue con motivo del PGA Championship de 2017. Aquel año, el entonces cuarto Grande de la temporada, se disputó en Quail Hollow y a Jon no le fue demasiado bien, especialmente este tramo del 16 al 18. Su parcial durante las cuatro rondas fue de ocho sobre par, con cuatro bogeys (uno al 16, dos al 17 y uno al 18) y dos dobles bogeys (al 16 y al 18). Terminó aquel torneo con un total de +7, por lo que no parece demasiado exagerado decir que fue precisamente la ‘Milla Verde’ lo que le arruinó aquella semana. Terminó en el puesto 58º, mientras que si hubiera hecho -1, su parcial en el resto del campo, su clasificación final habría sido noveno. Es una señora cuenta pendiente.
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Desde aquel año no se han vuelto a ver las caras. Rahm sólo ha jugado una vez el Wells Fargo Championship y fue, precisamente, en 2017, año que cambió de sede. Quail Hollow se estaba preparando para el PGA y el torneo regular del PGA Tour se mudó al Eagle Point de Wilmington. Allí las cosas sí le fueron muy bien a Jon, ya que terminó en la cuarta posición y peleó por la victoria hasta el final. Acabó a dos golpes del ganador, Brian Harman.
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El +8 de Rahm en la ‘Milla Verde’ en aquel PGA fue un serio correctivo, pero conviene aclarar que se trata de unos de los tramos más complicados del PGA Tour. Concretamente, echando mano de los datos objetivos, es la secuencia de hoyos más difícil del circuito americano desde 2003, siempre en referencia a torneos regulares, excluyendo los Grandes. En los últimos 18 años estos tres hoyos se han jugado con una media de + 0,9 golpes, es decir, casi al bogey. Desde 2003 se han contabilizado nada menos que 1.550 bolas al agua. El mejor jugador en esta ‘Milla Verde’ de los que han jugado más de cinco rondas ha sido Joel Dahmen, con un parcial de -2.
Rory McIlroy vuelve al mejor escenario para reencontrarse con sus musas
Jon jugará su primer torneo individual después de brillar con luz propia en el Masters de Augusta. Entre medias, tuvo tiempo de sumar otro top ten en el Zurich Classic, formando pareja con Ryan Palmer. Es decir, su juego está en perfecto estado de revista. Más dudas, lógicas, hay con Rory McIlroy. El norirlandés también regresa a la competición después del Masters, eso sí él falló el corte y ni siquira jugó el Zurich. Si hay algún escenario donde Rory se puede reencontrar con sus musas es Quail Hollow. Aquí ha ganado en dos ocasiones y acumula nada menos que siete top ten en nueve presencias. Una oportunidad pintiparada para recuperar su mejor golf. Veremos cómo le ha ido en las últimas semanas trabajando a las órdenes de Pete Cowen.
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Otro que regresa desde el Masters es Bryson DeChambeau. Será interesante descubrir cómo ataca un campo donde falló el corte en 2016 y quedó cuarto en 2018. Veremos también si guarda alguna sorpresa en forma de bombazo. Últimamente prefiere no airear públicamente sus planes por miedo a represalias.
El Wells Fargo es un torneazo. Están cuatro de los cinco mejores jugadores del mundo y diez del top 15. Sólo falta Dustin Johnson. También están Justin Thomas, que ganó aquí en 2017 el PGA Championship, de momento su único Grande, y Xander Schauffele. El defensor del título logrado en 2019 es Max Homa. Del mismo modo, el pabellón español estará representado también por Rafa Cabrera Bello, que se juega su última oportunidad de poder clasificarse para el PGA Championship. El año pasado no hubo torneo por la pandemia.
