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El español lidera el Sentry tras la primera jornada al minimizar los errores desde el tee

Esto sí es Hawái, ¡qué Callaway!

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Jon Rahm
Jon Rahm observa la bola tras un golpe en Kapalua. © PGA Tour

Jon Rahm y Loquillo en poco se parecen, salvo que son dos bigardos (tercera acepción del DRAE, no la primera, válgame Dios) considerables y que el cantante fue deportista de jovenzuelo, antes de subirse a los escenarios y dejar varios temas espléndidos para nostálgicos como servidor como Cadillac solitario, Rock&Roll Star, El ritmo del garaje… y Esto no es Hawái (Qué guay).

Todo lo contrario podría cantar el campeón vizcaíno cada mañana antes de empezar a jugar en el Plantation Course at Kapalua, pero versionando levemente el estribillo porque Rahm se desenvuelve en el campo de Maui como si fuera hawaiano de toda la vida.

«Esto sí es Hawái, ¡qué Callaway!», tarareó en la primera jornada del Sentry Tournament of Champions el campeón vasco al estrenar el nuevo drive Paradym de la marca. Rahm sólo encontró cinco calles del campo del archipiélago pacífico, pero minimizó los errores gracias a la eficiencia del nuevo palo. Si a eso añade que el putter sigue como siempre, echando fuego, pues… líder con nueve menos junto a Morikawa y Spaun con tres días por delante y camino del -30 al final del torneo de campeones. ¡Qué guay!

Lástima que no entrara el golpe para eagle en el 18 para mandar en solitario tras la primera jornada, pero, a cambio, el de Barrika jugará el penúltimo envite del día con el surcoreano Tom Kim, otro crack y puro espectáculo sobre la hierba. Qué más se puede pedir.

El español aún tiene que ir cogiéndole el tranquillo al Paradym para que vuelva a ser el mejor palo de su bolsa, junto al dichoso putter, y visualizar las calles como el anuncio que ha protagonizado de su nuevo driver en el que desde el tee el lado derecho y el izquierdo del campo se elevan para mostrar el camino más fiable por el verde hacia el hoyo, cual Moisés en las aguas del Mar Rojo. ¡Qué Callaway!