Jon Rahm (-26) es el colíder del Sentry Tournament of Champions a falta de una jornada. El golfista de Barrika ha dibujado este sábado una maravillosa obra de arte de acoso y derribo sobre Cameron Smith. De principio a fin. Una puñetera locura y sólo estamos en el primer torneo del año.
Un birdie del golfista de Barrika en el hoyo 18 le permitía cerrar su tercera ronda en Kapalua con una estraosférica vuelta de 61 golpes (doce bajo par). Un zarpazo final que hacía claudicar finalmente a un bravísimo Cameron Smith. El australiano se debió marchar al hotel pensando «qué he hecho yo para merecer esto». Sales de líder con tres golpes de ventaja, colocas un fabuloso nueve bajo par y apenas te sirve para compartir el liderato.
Lo de Jon Rahm hoy ha sido una exhibición. Una más. Al sensacional juego de tee a green de toda la semana, le ha unido un putt letal. Este sábado sí que ha embocado y de qué manera. Putts largos y cortos. Esos 61 golpes igualan el récord del campo que había batido apenas un par de horas antes Justin Thomas. El de Jon quizá impresiona más porque lo logró con un bogey de por medio.
Y es que hasta ese bogey ha sabido a birdie… Ha sido en el hoyo 4, el único golpe que ha fallado desde el tee en toda la semana, con la mala suerte de que la bola ha botado en el camino y ha salido disparada a una tupida pradera de hierbas muy altas donde ha sido imposible encontrarla. Con la segunda bola hacía birdie para certificar un bogey de fantasía.
El resto de la vuelta, a excepción del segundo tiro en el hoyo 3, ha sido un prodigio de precisión. Cada golpe iba donde tenía que ir, sin meterse en problemas y dejándose siempre muy buenas opciones de birdie y hasta de eagle, como en el hoyo 15. Ahí ha ejecutado el golpe del día. Su segundo tiro, con un hierro 5, ha sido un canto a la belleza. La bola terminaba a poco más de un metro del hoyo.
Su final de ronda merece ser enmarcada. Entre el 14 y el 18 ha firmado un parcial de seis bajo par, un ataque inaguantable incluso hasta para un tipo que se estaba fajando de maravilla. El duelo entre Smith y Rahm ha sido de los que dejan huella. A cada gran golpe de Cameron, respondía Jon con uno mejor.
La imagen que mejor resume esta extraordinaria batalla se ha producido en el hoyo 17. Jon embocaba un putt de birdie sensacional de casi nueve metros y acto seguido Smith la metía desde apenas un centímetro más cerca. Ambos se reían… No quedaba otra.
Firmar dos vueltas de -12 y -9 jugando en el partido estelar de un sábado tiene un mérito tremendo, pero mucho más si por delante había una manada de lobos haciendo birdies como si no hubiera un mañana. Ahí están ese -12 de Justin Thomas, el -11 de Matt Jones o los -8 de Sungjae Im, Marc Leishman y Max Homa. Tal ha sido el despliegue de vueltones hoy en Kapalua que hasta los -7 de Daniel Berger y Patrick Cantlay, resultados normalmente fantásticos saliendo en el penúltimo partido, han sabido a poco.
Hace apenas 86 días, Jon cerraba la persiana porque no podía más y es realmente emocionante ver de qué manera la ha vuelto a abrir, jugando un golf sublime, mostrándose aún más poderoso y recordando a sus mejores versiones, como aquella tercera ronda en el Memorial, la cuarta del Open Championship o, por supuesto, el US Open.
El torneo apunta este domingo a un duelo entre Rahm y Smith, aunque a la vista de las vueltas tan bajas que se pueden hacer, mal haría en confiarse. Tendrán que seguir empujando, aunque el colchón que tienen es notable. En la tercera posición está Daniel Berger (-21) a cinco golpes y a seis se encuentran Matt Jones, Sungjae Im y Patrick Cantlay. Parece que entre ellos debería estar el campeón, puesto que el séptimo clasificado, Marc Leishman (-18), está ya a ocho golpes.
Creo que hay un error en el titular: sobran una ñ, dos e y una r.