Jon Rahm sólo puede ser máximo favorito esta semana en el Memorial. Es el peso de la púrpura, qué le vamos a hacer. Sus números en Muirfield Village, sobre todos los más recientes, obligan a situarlo ahí arriba en cualquier análisis previo.
Digamos que Rahm se echó un amigo en Dublin, Ohio, de la manera más imprevista, porque fue de un día para otro cuando el ‘morrosko’ de Barrika y el recorrido de Jack Nicklaus, la auténtica guarida del Oso Dorado, sellaron la paz y hasta se juraron amor.
El español ha disputado trece rondas de competición en ese campo, par 72, contando con las cuatro que jugó correspondientes al Workday Charity Open, torneo ‘improvisado’ que se disputó en Muirfield Village en 2020, una semana antes del Memorial, por aquello del desbarajuste provocado por la pandemia. En las cinco primeras de esas trece rondas (dos en 2017, año en el que no pasó el corte en el Memorial, y las tres primeras del citado Workday), el vasco no terminaba de encontrar la manera de meterle mano al campo. De hecho, en ese tiempo nunca bajaría de setenta golpes y tan solo una vez jugó bajo par (vueltas de 73 y 77 en su primera aparición, para fallar el corte, y de 72, 70 y 75 en las tres primeras del Workday).
Pero el cuarto día de aquel Workday Charity Open algo cambió. Imposible saber qué exactamente, porque ni siquiera el propio jugador ha podido explicarlo. Pero el caso es que firmó un magnífico 64, antesala de su victoria la semana siguiente con tarjetas de 69, 67, 68 y 75, unos registros mayúsculos en un campo cuya preparación linda tantas veces con los estándares de un US Open, si nos atenemos a la altura y densidad del rough, así como a la firmeza y velocidad de los greenes. A estos registros hay que añadir, por supuesto, las tres rondas que llegaba a disputar el año pasado, antes de verse obligado a una retirada forzosa por culpa del Covid cuando marchaba líder con seis golpes de ventaja después de 54 hoyos. Firmaba entonces un 69, un 65 y un inmenso 64 el sábado…
De este modo, en sus últimas ocho vueltas en Muirfield Village, la media de golpes de Jon es de 67,625 golpes, una verdadera locura en un campo, insistimos, donde no se regalan precisamente los resultados muy bajos. Es más, gracias a este impresionante golpe de timón, incluso su media de golpes total es más que notable, pues se va a los 69,84 golpes por vuelta.
Un dato curioso, que no hace más que corroborar la excelencia del registro: con esa media de 67,625 golpes, la que acredita en sus últimas ocho rondas, Jon habría ganado 24 de las últimas 30 ediciones del Memorial.
En la rueda de prensa que el español ha concedido esta semana en Muirfield Village ha reconocido que, de entrada, su relación con el campo fue más de odio que de otra cosa, tal y como demuestran, por cierto, los números que acabamos de repasar. “Después de jugar por primera vez en 2017 le dije a Adam (su caddie) que nunca más volveríamos a este campo”, reconocía. “Aunque él me respondió que me equivocaba, que en realidad era un campo que me venía muy bien y que sólo teníamos que aprender a jugarlo mejor”, puntualizaba.
A día de hoy se ha comprobado que era Adam Hayes quien tenía razón. En efecto, Jon no acudió al Memorial en 2018 y 2019, fiel a sus primeras sensaciones, pero en 2020 tuvo que hacerlo, prácticamente obligado por el largo parón que había impuesto la pandemia, que llevó a los jugadores a competir casi cada semana durante aquel verano.
Hay alguna particularidad en la relación entre Rahm y Muirfield Village que, puestos a pedir, todavía puede ser mejorada. Por ejemplo: en los hoyos 10 y 18 el jugador español todavía no ha conseguido hacer ningún birdie. En el 10, de hecho, ha firmado cinco bogeys y ocho pares. Lo del 18 es incluso más llamativo: salía de allí con un bogey la primera vez que lo jugaba y luego ha encadenado doce pares. Al respecto de este seguimiento hoyo a hoyo, digamos que hasta el año pasado nunca le había hecho un birdie tampoco al hoyo 17 y precisamente en la edición de 2021 hacía tres, uno por cada ronda que jugó…
Por otro lado, Jon ha exprimido a conciencia los pares 5 del recorrido (hoyos 5, 7, 11 y 15), con un parcial en ellos de -22, pero sólo atesora un eagle en esos hoyos. El otro eagle que tiene el vasco en este campo llegó en un par 3 (hoyo 16), donde el año pasado hacía hoyo en uno el viernes. Un par 3, por cierto, que no es precisamente una bicoca y donde Jon registra cuatro birdies y un solo bogey, además del citado eagle.
De igual modo que es obligatorio apuntar a Jon como claro favorito, de acuerdo a los números, hay que hacer lo propio con Patrick Cantlay y Collin Morikawa, también presentes en la edición de este año. Cantlay ha ganado dos veces el torneo y Morikawa fue segundo el año pasado y además ganó aquel Workday Charity Open, en el que Cantlay terminaba en séptima posición.
