Poca veces la gorra de un jugador de golf cobró tanto protagonismo como la de Patrick Cantlay en la pasada edición de la Ryder Cup, en Roma. Y nunca, probablamente, por no llevarla puesta. Tal vez como protesta por no cobrar por representar a Estados Unidos en el torneo, como aseguró algún periodista provocando un auténtico revuelo, o porque no le quedaba bien, como se excusó después el propio jugador. Ahora, este accesorio del estadounidense vuelve a la palestra.
Lo hace después de que Goldman Sachs, tal y como informó esta semana el New York Times, haya decidido no renovar el acuerdo de patrocinio que tenía con Cantlay para lucir publicidad del banco en su gorra, después de cuatro años de contrato. El banco, en los últimos tiempos, se ha alejado de su línea de trabajo centrada en los consumidores, por lo que este patrocinio ha dejado de ser objetivo principal de sus campañas de imagen.
Es decir, una de las gorras de golf más famosas del mundo, que provocó que los cánticos del público acompañaran al californiano a lo largo de sus partidos en el Marco Simone de Roma, busca nuevo patrocinador. Una polémica por la gorra que, recordemos, terminó provocando también un enfrentamiento entre Joe LaCava, su caddie en la Ryder, con Rory McIlroy, que a punto estuvo de llegar a las manos.
Goldman Sachs, que ahora renuncia a patrocinar el accesorio de Patrick, fue tal vez la más perjudicada por la decisión del jugador de no usar la gorra en la Ryder. Ahora, después de despedir a más de 4.000 empleados en 2023 y con un 11% de pérdidas en sus acciones, se aleja del jugador, convertido en uno de los pilares del top 10 del ranking mundial y que, pese a la derrota final, fue uno de los mejores de EEUU en Roma. Su gorra, cada vez más valiosa, vuelve a estar ‘libre’ para anunciantes. Ahora sólo le queda conseguir uno… y ponérsela, claro.
