Tyrrell Hatton (-8), Nate Lashley (-8) y Wyndham Clark (-8) son los tres colíderes del Wells Fargo Championship después de la segunda jornada. Cada cual a su manera, por supuesto. El inglés, por ejemplo, terminaba su vuelta por el hoyo 9 de este modo: en el 5 estaba a punto de embocarla desde fuera de green; en el 6 enchufaba un putt de birdie de casi doce metros; y otro de ocho metros en el 7 de eagle; en el 8 estaba a punto de embocar otro más desde casi siete metros; y en el 9 remataba con un purazo de más de diez metros de birdie… Pues eso, a purazo limpio, encendido. Todo muy Hatton. Lashley, por su parte, cazaba 17 greenes en regulación, muy fino, muy certero, y Clark gestionaba la ‘milla verde’ (los temidos hoyos 16, 17 y 18 del Quail Hollow Club) con un parcial de dos menos…
El líder del jueves, Tommy Fleetwood (-6) no ha mantenido hoy el ritmo anotador (vuelta de 71, par), pero todavía se deja una gran opción de romper su maleficio en el PGA Tour, donde aún no ha ganado. Puestos a elucubrar sobre el favoritismo de unos y otros de cara a los últimos 36 hoyos, no queda más remedio que contar con Xander Schauffele (-7), que se mantiene en lo más alto y que todavía no ha ganado en 2023, lo mismo que Justin Thomas (-7), cuyo 67 de hoy nos lo presenta como serio candidato.
El campo se las trae. No es sencillo hacerle un gran resultado. Y se supone que los greenes todavía tienen dos vueltas de tuerca más de firmeza. Las fatiguitas han correspondido hoy a Rory McIlroy (-1), que ha estado coqueteando con la línea del corte desde que encadenara tres bogeys consecutivos en los hoyos 5, 6 y 7. En Rorylandia, ya sabemos, brilla refulgente el sol casi todo el año, pero no deja de ser un maravilloso parque de atracciones en el que también ocurren este tipo de cositas. Hacía ya casi seis años que Rory no encadenaba dos cortes fallados seguidos y hoy no ha estado muy lejos. Pero como quiera que la tabla anda así de apretadísima (sólo siete golpes entre los líderes y el corte), todavía vamos a concederle al norirlandés un margen para la hazaña. Justo el que ya no tienen tipos de la talla de Sam Burns, Jason Day, Collin Morikawa, Jordan Spieth o Shane Lowry. Esto es golf, señores, y no hay torneo en el que la jornada del corte no levante algún ‘ay’ o algún ‘guau’, mucho menos en semana de evento designado.
Tony Finau (-2), ganador la semana pasada en México, también ha llegado a sudar frío después de unos primeros nueve bastante irregulares. Ha resuelto con paciencia y clase por la segunda mitad del recorrido de Carolina del Norte, tramo en el que se anotaba tres birdies. Al igual que en el caso de Rory, no se puede dejar de contar con él. Es la paradoja de este torneo tan apretado y brillante. Sólo faltaría que estos dos, Finau y McIlroy se unieran a los ya citados, y a otros que también anda ya arriba como Adam Scott (-7), Sungjae Im (-7), Max Homa (-5) o incluso Patrick Cantlay (-4). Se echa mucho de menos a Rahmbo, para qué negarlo, pero igualmente nos espera un final de infarto, pleno de emociones y alternativas. Al tiempo.
