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Opinión sobre las últimas decisiones controvertidas de Dustin Jonson

La peor rachita de DJ… y no nos referimos sólo a sus resultados

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Dustin Johnson. (© Golffile | Eoin Clarke)

Los tres últimos torneos de Dustin Johnson se han saldado con un puesto 54º en el WGC Workday Championship, un 48º en el THE PLAYERS Championship y un 28º en el WGC Dell Technologies Match Play. No se puede decir que sea un absoluto desastre, pero desde luego está muy lejos de lo que se espera del Número Uno del mundo y, sobre todo, de lo que ha venido demostrando desde el pasado mes de agosto. Antes del WGC Workday había acumulado nueve top 10 en sus once torneos anteriores y su peor puesto había sido un duodécimo. La diferencia es evidente.

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¿Se puede llamar a esto una crisis de resultados? Pues bien, igual es algo pronto, habrá que esperar a su defensa del Masters de Augusta la próxima semana para saber si se trata sólo de algo pasajero o si es más profundo, en cualquier caso no es habitual. Hay que remontar al verano de 2019 para encontrar la última vez que Dustin Johnson encadenó tres torneos consecutivos sin meterse entre los 25 mejores (US Open, Rocket Mortgage y Open Championship).

Sea como fuere, esta no es la peor racha de la que pretendemos hablar en este artículo. Su mal juego pasará tarde o temprano y regresará el Dustin Johnson imperial. No nos cabe ninguna duda. El fondo del asunto que queremos abordar tiene que ver más con lo que ha hecho fuera del campo de golf y las decisiones que ha tomado últimamente que con su driver o su putter. La rachita es preocupante…

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En su condición de Número Uno del mundo, Dustin Johnson debe entender que es también el principal embajador que tiene ahora mismo su deporte. Le guste o no va en el cargo y la realidad es que en los últimos tiempos podríamos decir que, precisamente, no se está luciendo. Ha hecho dos feos más que importantes al PGA Tour, su circuito, y ha mandado un mensaje muy negativo con el anuncio de su ausencia en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio. Todo esto lo ha hecho en apenas mes y medio.

Su rachita comenzó a la vuelta del Saudi International, torneo del European Tour que dominó con autoridad y donde se proclamó campeón con todas las de la ley. En el avión de vuelta a Estados Unidos tomó la decisión de borrarse del AT&T Pebble Beach Pro Am, torneo para el que estaba inscrito y donde es un fijo todos los años. La popular prueba ha sufrido mucho este año, desapareció del calendario de muchos jugadores y la decisión a última hora de DJ fue la puntilla. Su explicación posterior tampoco ayudó demasiado. Aseguró que si hubiera sido Pro Am (se suspendió el formato por el protocolo contra el Covid-19) sí hubiera hecho un esfuerzo para jugar con su suegro. Feo. Muy feo.

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Lo siguiente que hizo Dustin Johnson fue borrarse de los Juegos Olímpicos. La explicación que dio es que Tokio está muy lejos y que el calendario está muy cargado en esas semanas como para meterse entre pecho y espalda un viaje de semejante calibre. Desde luego, para un deporte que lleva luchando muchos años por estar y mantenerse en los Juegos no es lo ideal que su principal estandarte diga que no le viene bien…

El tercer feo, otra vez al PGA Tour, se ha producido este mismo lunes, hace unas horas. Dustin Johnson ha emitido un comunicado anunciando que se borra del Valero Texas Open, torneo que se celebra esta semana en San Antonio como antesala del Masters de Augusta. Por supuesto, está en su derecho de jugar o borrarse de los torneos cuando estime oportuno, pero una vez más no lo ha hecho de la mejor manera. Se apuntó a última hora el pasado viernes, después de caer eliminado del Match Play. Seguramente pensó que necesitaba más competición antes de encarar el Masters y cambió su hoja de ruta. Después de anunciar su presencia, menos de 72 horas más tarde, da marcha atrás, donde dije digo, digo Diego, y se borra. Digamos que no es el mejor estilo de hacer las cosas y mucho menos para un Número Uno del mundo.