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La PGA ya trabaja en una Ryder Cup sin aficionados

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Rory McIlroy en el duelo individual ante Patrick Reed durante la jornada final de la Ryder Cup 2016. © Golffile | David Lloyd

¿Se imaginan una Ryder Cup sin espectadores? Lo que parecía una aberración imposible apenas unos días atrás se ha convertido en una opción. No es lo ideal, obviamente, nadie lo quiere, será lo último que suceda, pero podría suceder… Al menos, la PGA de América ha abierto esa puerta en las últimas horas.

El responsable de destapar esta caja de Pandora ha sido Seth Waugh, Jefe Ejecutivo de la PGA de América. Lo hizo durante una intervención radiofónica en el show de la cadena WFAN. «Se hace duro imaginar una Ryder Cup sin aficionados, pero hemos empezado a estudiar si seríamos capaces de crear una experiencia virtual para los espectadores. Vamos a intentar ser lo más creativos que podamos. Sinceramente, aún debemos determinar si vamos a jugar con o sin público», aseguró.

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La Ryder Cup está prevista del 25 al 27 de septiembre en Whistling Straits, Wisconsin. Si finalmente se juega sin espectadores sería una decisión única en la historia y tremendamente controvertida. La PGA es consciente de ello. «Sabemos que la verdadera dimensión de la Ryder Cup se la da en un porcentaje alto el público. Todos los torneos son mejores con aficionados en el campo, pero la Ryder es especial, algo único, particularmente importante y debemos tener mucho cuidado con ello», asegura.

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En cualquier caso, y pese a las reticencias lógicas que podrían tener todos, la puerta está abierta. Quedan cinco meses por delante y la posibilidad se ha abierto. El meollo de la cuestión, como casi siempre, se centra en el aspecto económico. Si el evento se aplaza a 2021 supondría unas implicaciones económicas muy importantes tanto para la PGA de América, organizadora principal cuando se juega en suelo de Estados Unidos, como para sus colaboradores, entre los que se encuentra, por supuesto, el European Tour. La crisis va a ser ya suficientemente importante como para prescindir de buenas a primeras de la Ryder Cup, incluso con la merma de ingresos que supondría el hecho de jugarse a puerta cerrada.

La decisión que se tome no va a ser inminente. De hecho, la PGA aprovechará el regreso del PGA Tour a mediados de junio (si es que se produce) para analizar esos primeros cuatro torneos previstos sin espectadores. Se realizará un informe que también ayudará a la decisión final.

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Hay que tener en cuenta que el organismo que dirige Seth Waugh es el mismo que organiza el PGA Championship, programado para la semana del 3 al 6 de agosto y donde ya se valora de manera decidida el hecho de hacerlo sin público. En este sentido, hay que tener en cuenta que Gavin Newson, gobernador de California (El PGA se juega en el TPC Harding de San Francisco) ya ha manifestado que durante todo el verano no se autorizarán eventos con gran aglomeración de personas. Es decir, prácticamente hay que dar por hecho que el PGA se jugará a puerta cerrada. Esto supone tener sobre el terreno a unas 1.000-1.500 personas, declaró Waugh, entre jugadores, caddies, árbitros, periodistas y demás personal encargado de la organización. Este volumen de asistentes en un escenario tan grande como un campo de golf sería perfectamente manejable para mantener el distanciamiento social.