Inicio Grandes Circuitos PGA Tour La pinza ayudó a Webb Simpson a quitarse la depresión ‘post-anchoring’
Cómo le cambió la vida a Webb Simpson la decisión de prohibir el anclaje

La pinza ayudó a Webb Simpson a quitarse la depresión ‘post-anchoring’

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Webb Simpson, en 2015, cuando intentó patear con el putt corto. © Eoin Clarke | Golffile

La carrera de Webb Simpson marchaba viento en popa hasta 2013. Un año antes, con apenas 26 primaveras, irrumpía en el gran escenario mundial con su victoria en el US Open del Olympic Golf Club. Aquello fue un pelotazo, pero no puede decirse que surgiera de la nada. Ya el año anterior, en 2011, había sumado doce top ten y se había revelado como un jugador sólido con un gran juego corto. Peligroso.

Webb Simpson, en 2014, con el palo anclado.

Tras ganar el US Open se colocó quinto en el ranking mundial. Era uno de los golfistas de moda en Estados Unidos. Jugó, claro está, la Ryder Cup de Medinah en 2012. Lo más llamativo de su juego era el putt. Utilizaba un belly-putter y lo anclaba en el ombligo… Sí, como tantos otros. Por aquel entonces ya era uno de los mejores pateadores en el PGA Tour. Estaba arriba en todas las estadísticas.

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En 2013 sucede algo que le da un giro radical en su carrera. En el mes de mayo el Royal and Ancient y la USGA anuncian la decisión tajante de prohibir su manera de patear a partir de 2016. Quedan aún dos años y medio por delante, pero la sola amenaza que se cierne sobre todos los que anclaban el palo a su cuerpo se convierte en una obsesión. Tanto es así que son muchos, incluido Simpson, que no esperan a 2016 para empezar a probar el putter corto.

Webb Simpson, con el belly putter, sin pinza. (© Golffile | Eoin Clarke)

La inercia de confianza y buen juego le dura en 2013. Gana en octubre el Shriners, su último triunfo hasta 2020 y termina el año en el top 20 mundial. Resiste con los mejores, pero sus resultados se van poco a poco empobreciendo. Sigue utilizando el anclaje para patear, por lo que el problema está en la cabeza, en la obsesión de pensar cómo va a resolver el problema que se le viene encima, más que en algo técnico.

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El año 2014 avanza con peores resultados, aunque todavía rescata ocho top ten. Se mantiene competitivo, pero desciende muchos puestos en el ranking mundial y comienza a poner en peligro el top 50, un listón al que ni se había acercado en los tres años anteriores. La prohibición de anclar el palo en 2016 se ha convertido ya en un problema muy serio. Hay que buscar una solución y Simpson entiende que cuanto antes la encuentre, mejor. Por eso, no es espera a 2016 para cambiar su manera de patear. En 2015 decide utilizar ya el putter corto para ir adaptándose a la nueva normativa. Es decir, no sólo cambia la forma de patear, sino que también sustituye el belly-putter por el tradicional. La debacle es seria.

Webb Simpson , este año en el THE PLAYERS, con el belly putter con pinza. (© Golffile | Fran Caffrey)

En 2015 suma únicamente cuatro top ten y su caída en el ranking mundial comienza a ser en picado, hasta el punto de que desaparece del top 50. La temporada es horrorosa y toma una decisión para 2016. Recupera el belly-putter y decide utilizarlo pegado al brazo izquierdo con un grip normal. Ahora hay que adaptarse, algo que no es fácil. Se encuentra más cómodo, pero no termina de estar a gusto. Desciende hasta el puesto 95º en el ranking en mayo de 2016, curiosamente tres años después de que se produjera el anuncio de la prohibición. Sólo logra dos top ten.

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Sus estadísticas de putt también son un fiel reflejo de lo que está sufriendo. Sus números se desploman. En 2014 ocupa el puesto 54 en media de putts por vuelta, un baremo que no es definitivo, pero sí muy indicativo. En 2015 ocupa el puesto 132 y en 2016 el 129. Simplemente ha dejado de ser competitivo en los greenes y así es imposible hacer buenos resultados.

Todo cambia en 2017. Ese año pasa a ser el 31 en media de putts por vuelta en el PGA Tour y suma seis top ten. Ha dado la vuelta a la tendencia como a un calcetín. ¿Qué ha cambiado? Pues ha introducido el grip de pinza en su putt. Mantiene el belly-putter, lo sigue apoyando en el brazo y así sigue hasta hoy… En 2018 logró diez top ten y acabó el 20 en medias de putts, en 2019 finalizó ocho veces entre los diez primeros y fue quinto en media de putt y este año ha ganado ya dos torneos de cinco disputados y ocupa el noveno puesto en el citado ranking de putt.

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El belly-putter volvió a ser su amigo y la pinza lo terminó de sacar de la depresión para encaramarse de nuevo al quinto puesto del ranking mundial después de ganar el RBC Heritage (ahora es sexto). Precisamente en Hilton Head ofreció una exhibición descomunal en los greenes. Hoy es uno de los grandes favoritos para ganar el Rocket Mortgage de Detroit. Sea cual sea su resultado, raro sería que no acabe la semana como uno de los mejores pateadores del torneo.

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