Nada más finalizar el TOUR Championship, a finales del pasado mes de agosto, Brooks Koepka decidió someterse a un tratamiento de células madre en su rodilla izquierda para solucionar unos problemas que venía arrastrando desde hacía varios meses. Sin embargo, la mejoría no llegó todo lo rápido que le hubiera gustado…
A mediados de octubre, en la CJ Cup, se volvió a lesionar. Y Koepka empieza a tener claro que pasará posiblemente un año «antes de estar completamente normal de nuevo». Es decir, hasta finales de agosto o septiembre no confía en haber recuperado el nivel que le situó en lo más alto del ranking mundial.
«Todavía no me siento perfecto», aseguró Brooks este domingo durante una videoconferencia organizada por Nike Golf en Instagram con Michelle Wie. «Puedo decir que no estoy al 100%. Pero es algo que suele ocurrir con las lesiones. Con mi muñeca fue igual. Pero confío en ponerme voy, voy a hacer todo lo posible para ello».
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A Koekpa, en cierto modo, le está beneficiando a nivel deportivo el retraso en los principales campeonatos por la crisis sanitaria del COVID-19. El PGA Championship no se jugará hasta principios de agosto, el US Open, hasta mediados de septiembre, y el Masters, dos meses después, a mediados de noviembre. Así que debería estar ya listo para competir al máximo cuando se disiputen.
Koepka admitió que su nivel de juego cuando regresó en enero fue «muy malo». Antes de la primera ronda del THE PLAYERS, última que se jugó antes de la suspensión del circuito, acumulaba siete rondas consecutivas de 70 o más golpes. Incluida una de 81 en el Arnold Palmer Invitational, la peor de su carrera.
El trabajo que estaba realizando con Claude Harmon III no estaba funcionando. Aunque Koepka lo achaca a su forma de afrontarlo. «Trabajé con él, pero no le escuchaba. Fue culpa mía. Hice cosas que creí que tenía que hacer, que era justo lo contrario de lo que habíamos hecho en los seis últimos años», dijo.
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«Fui a Las Vegas, vi a Butch (padre de su entrenador de swing) y me dijo lo mismo que me estaba diciendo Claude. Y ahí parece que me entró un poco más por el oído. A veces necesitas tener gente cerca que te diga la verdad, no gente que te diga que sí a todo. Así que volví y empecé a cambiar», confesó Brooks.
Un cambio que espera que le sitúe de nuevo en condiciones de pelear por las victorias desde agosto. Consciente, eso sí, de que las condiciones de los torneos, como la del Masters el noviembre, serán «muy diferentes».
«Será interesante verlo. Incluso cuál será el puntaje. Puede que el par sea bueno. En Augusta, si haces dos o tres bajo par, ya es bueno, aunque a veces puedes llegar a hacer seis, siete u ocho bajo. Pero con un ambiente frío, ¿quién sabe?», se preguntó Koepka, que trabaja para volver a tope.
