El Masters de Augusta se jugará por primera en su historia en el mes de noviembre. La pandemia mundial provocada por el COVID-19 ha provocado el aplazamiento del primer Grande de la temporada a una fecha completamente inusual. Siempre se jugó en el mes de abril, a excepción de la primera edición de 1934 que tuvo lugar en marzo. Así las cosas, si se termina jugando, cosa que aún está por ver, las condiciones del campo serán una novedad.
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Ahora mismo, es la gran pregunta que flota en el aire. ¿Cómo se encontrará Augusta en noviembre? ¿Tendremos unas condiciones muy diferentes a las de abril? ¿Greenes más blandos, quizá? ¿Calles más blandas y, por tanto, un recorrido más largo? Hay algunas lógicas dudas que se irán resolviendo conforme se acerque la nueva fecha oficial, aunque también hay voces que aseguran que el campo estará exactamente igual que en abril gracias a la tecnología que gasta Augusta.
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Sea como fuere, aunque a día de hoy es una incógnita saber cómo estará el terreno, Rory McIlroy está convencido de que le puede venir muy bien el cambio. El golfista norirlandés lo explica en dos parámetros diferentes. Por un lado, lo normal es que haya más humedad y más frío y, por tanto, el campo esté más largo que en abril, algo que debería favorecer a uno de los pegadores más largos del mundo. «Noviembre será diferente. Hará frío y el campo se jugará largo. Ya se juega largo en abril, pero en noviembre será aún más largo. Y los greenes no creo que estén tan rápidos, aunque dependerá del pelo. Ellos pueden hacer casi lo que quieran por el sistema de aire subterráneo que tienen bajo los greenes, pero la sensación será distinta seguro», afirma.
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No obstante, el principal beneficio que Rory ve al cambio de fecha, desde su punto de vista, tiene que ver con el aspecto mental. De alguna manera, al ser el primer Grande de la temporada, la primera cita importante del año, el norirlandés sentía cierta ansiedad por hacerlo bien. «Hay muchas ganas de que llegue y se le da muchísimo bombo. No se habla de otra cosa durante muchísimas semanas. Este año será diferente porque, en teoría, se jugarán dos Grandes antes, por lo que no habrá tanta expectación. Tengo ganas de ver cómo se da, pero pienso que, egoístamente, puede ser algo bueno para mí», aseguró en una charla en Instagram con Michelle Wie difundida por Nike.
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Hay que recordar que el Masters es el único Grande que aún no ha podido conquistar McIlroy. Es la muesca que le falta para abrazar definitivamente el Grand Slam. Eso no quita para que haya tenido muy buenos resultados. De hecho, acumula cinco top ten en once participaciones.
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Por cierto, en esa misma charla, Rory admitió que siente más presión cuando juega la Ryder Cup que cualquier otro Grande. «En la Ryder no compites únicamente por ti mismo, sino que lo haces como equipo, como país, como continente y la responsabilidad es aún mayor», señaló.
