Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Las lágrimas de Shawn Stefani
El norteamericano mantiene la tarjeta con un birdie en el hoyo 18

Las lágrimas de Shawn Stefani

Compartir

Shawn Stefani salió de la caseta de entrega de tarjetas del Wyndham Championship y rompió a llorar. Eran lágrimas de alegría, de alivio y de sudor. Un birdie en el hoyo 18 le permitió acabar en el top 125 de la FedEX Cup y mantener la tarjeta del PGA Tour. «No lloraba desde la segunda fase de la Escuela del PGA Tour en 2011, cuando aseguré la tarjeta del Web.com Tour tras cinco años de viajes interminables por los mini-tours para ganarme la vida», aseguraba ayer Stefani con los ojos aún enrojecidos.

Son las historias de gloria y frustración que cada año se repiten en el Wyndham Championship, el último torneo regular del circuito americano que marca quién mantiene la tarjeta, quién tiene que pasar una reválida en las Series Finales del Web.com Tour y quién se queda directamente sin derechos de juego. La gloria este domingo fue para Stefani y Kyle Stanley, los dos que estando fuera de los 125 primeros el jueves han conseguido el objetivo justo antes de que la cuenta llegara a diez. El infierno ha sido para Matt Jones y Whee Kim, los dos que empezaron el Wyndham dentro de los 125 primeros, fallaron el corte y ahora tendrán que volver a hincar los codos para recuperar la tarjeta en las durísimas Series Finales el Web.com.

El logro de Stefani toca más la fibra porque nunca lo tuvo fácil. «Yo nunca fui un gran jugador universitario», admite con cierta nostalgia. «No tuve acceso a patrocinadores, ni invitaciones, como otros chicos que son figuras desde que empiezan y se lo ganan. Yo me tuve que ir a los mini-tours, hacerme horas y horas de carretera, cruzarme el país para jugar al golf. Por eso lloré cuando aseguré la tarjeta del Web.com en 2011 con 29 años y por eso he vuelto a hacerlo hoy. Ha sido muy duro», explica.

Stefani le debe una buena parte de su tarjeta a su compañero y amigo Scott Brown. En el putting green del Travelers Championship le dio un consejo que cambio sus resultados. «Puse las manos más bajas y desde entonces juego al par o bajo par», apunta. Ha recuperado desde esa clase relámpago un total de veinte puestos para mantener la tarjeta. La de Stefani no es sino una historia anónima más de las que se repiten casi cada semana en los diferentes circuitos profesionales.