Los mejores jugadores del PGA Tour, con Tiger Woods a la cabeza, tienen un plan para combatir a LIV Golf y se le empezó a dar forma ayer por la tarde en la reunión que mantuvieron en el hotel Du Pont de Wilmington. Quién sabe si en esa sala empezó a gestarse una nueva era en el circuito americano. Tiene pinta.
La cumbre duró más de tres horas, de cinco de la tarde a ocho y media, y contó con un total de 22 jugadores. Hoy se han conocido los primeros detalles, desvelados por la periodista Kira Dixon en Golf Channel. La mitad de los jugadores ya estuvieron en el primer acercamiento que mantuvieron en Irlanda con motivo del JP McMannus Pro Am. Los otros once fueron invitados entre los golfistas que están mejor clasificados en el ranking mundial y los que tienen más relevancia en el PGA Tour. Estaban los pesos pesados y entre ellos, por supuesto, Jon Rahm, presente en la reunión de Irlanda y también en la ayer en Wilmington.
El objeto principal de esta quedada era establecer un plan de actuación para luchar contra LIV Golf y tratar de que el PGA Tour siga siendo el circuito más importante del mundo, la referencia. La conversación fue larga, la voz cantante la llevó Tiger Woods y, fundamentalmente, se llegaron a dos conclusiones. La primera es que los mejores jugadores del mundo deben jugar en los mismos torneos más a menudo. Desde que prácticamente desaparecieron los Campeonatos del Mundo, los mejores apenas coinciden en seis o siete torneos más allá de los Grandes y la idea es que al menos se junten en un 30 por ciento del calendario. Esta es la primera piedra angular.
Lo que se puede deducir de esta proposición es que podemos estar ante el nacimiento, aún en estado embrionario, de unas nuevas series mundiales, un número de torneos que reúnan a los mejores, al estilo de los Campeonatos del Mundo, pero en más cantidad y aún con más potencia.
Lo segundo que se expuso es que se debería articular una manera para que los mejores golfistas jóvenes del mundo puedan llegar más rápido al PGA Tour, es decir, construir unos puentes directos entre los amateurs más destacados del mundo y el circuito principal, de manera que se puedan evitar tentaciones como la de LIV Golf.
Otro de los puntos donde estuvieron de acuerdo los jugadores es en mantener aislados a los golfistas de LIV Golf. Lo que esto significa es que más allá de los Grandes, los mejores jugadores del PGA Tour no tienen intención de compartir otros torneos con los LIV. Si juegan ellos, no estarán los mejores del PGA Tour.
Obviamente, esto ha sido un primer paso. Quedan más reuniones por delante para terminar de afinar el plan y la actuación, siempre de la mano, claro, del PGA Tour. El comisionado Jay Monahan no estuvo en la reunión, pero se ha mostrado muy partidario de la cumbre que se produjo ayer. Está contento por la implicación de los golfistas.
El papel de Tiger Woods en este movimiento es crucial. Es el líder. El jefe. «En la reunión había un macho alfa y desde luego no era yo», ha afirmado hoy Rory McIlroy. Quien también dejó caer que todo lo hablado en dicha reunión era conocido por los principales ejecutivos del PGA Tour. «Sin Tiger detrás lo normal es que nada de lo que hagamos tenga éxito», ha confesado también Justin Thomas. Tiger está empeñado en mantener el liderazgo del PGA Tour en el golf mundial. Entiende que él ha sido fundamental para construir lo que hoy es el circuito americano en los últimos 25 años y va a luchar hasta la extenuación para siga siendo así. Quiere que sea su legado.
