Vaya, vaya con el Waste Management Phoenix Open. Vaya con el final de torneo que se nos ha quedado preparado. Vaya con el torrente de emociones que se nos viene encima y, además, en el escenario más apasionado, histriónico (histérico, por momentos) y excitante del año, el del TPC Scottsdale y su riada humana…
Por numerosos y variopintos motivos.
Comencemos por uno verdaderamente grandioso. Y con datos contantes y sonantes. Porque Jon Rahm, por cuarta vez consecutiva en este año 2023, sale con opciones más que serias y reales de victoria. Por cuarta vez, en cuatro torneos que ha disputado, no se nos olvide este detalle. A este muchacho se le va a olvidar lo que es salir un domingo a jugar en el tramo templadito o medio de los horarios de salida… Y en este punto es donde aparecen los datos contantes y sonantes. Si nos fijamos en sus últimos siete torneos, resulta que Jon salió en el partido estelar del domingo en el pasado Open de España; a continuación, en la CJ Cup, salía en el penúiltimo partido de la última jornada; después, en la Final de Dubai, de nuevo lo teníamos en el partido estelar del domingo; ya en 2023, en el Sentry salía en el antepenúltimo grupo del domingo; en el American Express regresaba a su lugar natural, el partido estelar del domingo; lo mismo que en el Farmers y que esta semana en Phoenix…
Después, se gana o no se gana, pero esto ya es en sí mismo una verdadera gesta. Una locura, una sucesión de hechos anómalos, un disparate. Es normal, y no arrogancia, que Jon Rahm pueda sentir que realmente es el mejor jugador del mundo en estos momentos… Libra por libra, lo es.
Más motivos. Porque el campeón defensor, Scottie Scheffler (-13), está en lo más alto de la clasificación, líder en solitario, después de firmar hoy un 68. Y porque nadie ha olvidado todavía la página legendaria que hace justo un año este muchacho comenzó a escribir en este mismo torneo, en este mismo lugar.
Porque, además de la lucha titánica por la victoria, también está en juego el Número Uno del mundo y, mire usted qué cosas, precisamente los dos candidatos a destronar a Rory McIlroy, que son Scheffler y Rahm, salen en el partido estelar y, si sacamos ya al norirlandés de la ecuación, a los dos les vale con ganar y hasta podría valerles el segundo puesto.
Por el peso y valor de los nombres de los candidatos que tenemos ahí arriba. Es que, además de Scheffler, Rahm y Nick Taylor, componentes del último partido, va a estar en la lucha Jordan Spieth (-9). Y Tyrrell Hatton (-9). Y Sungjae Im (-9). Y Xander Schauffele (-9). Y, sobre todo, Rickie Fowler (-9) y Jason Day (-9). Destacamos al californiano y al australiano porque su regreso al círculo de ganadores, después de sus respectivas travesías por el desierto, sería en sí mismo una gran historia. Y la confirmación de que el carrusel no para y de que la lucha por el top ten mundial, por ejemplo, es más enconada que nunca, con un grupo muy extenso de excelsos candidatos.
¿Metemos también en la ecuación a Justin Thomas (-7)? Tendría que jugar muy bajo para darse opciones de triunfo… Así que, sí, metamos también al que faltaba y que no pare la fiesta, porque entonces no sería justo dejar fuera de las quinielas a Finau (-8) o Burns (-8)… No, que no pare la fiesta.
