El Travelers Championship ha consumido la segunda jornada con el mismo (o mayor) ritmo desenfrenado de birdies que la primera y con dos líderes enchufadísimos, Denny McCarthy y Keegan Bradley, que han tenido que irse a un acumulado de -15 en 36 hoyos para, en efecto, portar de momento el bastón de mando. Por si faltaba algo, la lluvia que caía por la tarde sobre el TPC River Highlands ponía un poquito más tiernos los greenes, facilitando algo la labor a la hora de tirar a bandera…
Es lo que hay. Y a muchos aficionados les encanta. Nada que objetar. Birdies y más birdies en un bello recorrido que se defiende como puede, pero que, año tras año, recibe normalmente una soberana tunda. No todo va a ser llanto y crujir de dientes, aunque siempre hay unas cuantas docenas de jugadores a los que les coge con el pie cambiado el ritmo frenético de anotación. Jon Rahm (-2), por ejemplo, que se ha tenido que ir a casa. O Collin Morikawa (-3), al que de nada ha servido firmar hoy un 63 después de patinar el jueves y también ha tenido que hacer el petate, superado por un corte que finalmente se iba hasta -4.
Seis jugadores presentan ya un acumulado bajo par en doble dígito. Además de los citados colíderes, tenemos a Chez Reavie (-13), Eric Cole (-11), Zac Blair (-10) y Adam Scott (-10), así que en tan significado grupo no encontramos a ninguno de los seis top ten mundiales que todavía están en juego. Rory McIlroy (-8) había alcanzado tal cota, pero un doble bogey en el hoyo 8, penúltimo de su vuelta, lo retrasaba en la tabla. Viktor Hovland (-8), Xander Schauffele (-8), Patrick Cantlay (-7), Scottie Scheffler (-7) y Matt Fitzpatrick (-6) van a tener que remar duro el sábado para meterse en la verdadera pelea, pero seguro que se podrá contar con varios de ellos, muy capaces todos de firmar la mejor tarjeta de la semana (está complicado superar el 60 del jueves de McCarthy, eso sí) y acercarse más a la cabeza. Aún más retrasado aparece el flamante ganador del US Open, Wyndham Clark (-5), aunque vale para él la misma regla de tres: si es capaz de jugar muy bajo el sábado, todavía entraría en la ecuación dominical.
No, no es de las semanas que gustan a Brooks Koepka, amante de los registros justitos y las condiciones severas (aunque ha jugado este torneo en varias ocasiones y con buenos resultados, por cierto). Pero cada torneo tiene su personalidad y la de este Travelers se ajusta a un perfil más festivalero, puro goce anotador, en el que ya se cuentan casi cincuenta tarjetas de 65 o menos golpes en dos jornadas.
