Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Un inevitable, voluntario, concienzudo y doloroso ejercicio de masoquismo patrio
Crónica de la victoria de Patrick Cantlay en el Memorial Tournament

Un inevitable, voluntario, concienzudo y doloroso ejercicio de masoquismo patrio

Compartir
Patrick Cantlay posa, junto a Jack Nicklaus, con el trofeo de ganador del Memorial Tournament. © PGA Tour
Patrick Cantlay posa, junto a Jack Nicklaus, con el trofeo de ganador del Memorial Tournament. © PGA Tour

Se ve que corría turno: ya que Jon Rahm, ganador del Memorial en 2020, no iba a tener la oportunidad de reeditar el título por imponderables pandémicos, pues que fuera Patrick Cantlay, ganador en 2019, quien lo hiciera. Otra cosa es saber quién (o qué) diseña este tipo de piruetas graciosas del destino.

Jon Rahm y la carambola perversa

Cantlay se ha impuesto en el primer hoyo de desempate a Collin Morikawa y a ambos les llegaba con una vuelta de 71 golpes y un acumulado total de -13, para jugársela en dicho play off. Duele sólo decirlo: este torneo, que ayer gobernaba Rahm con mano firme y un resultado de -18, se ha ganado con -13.

Aún se puede llevar un paso más allá este ejercicio voluntario, concienzudo y doloroso de masoquismo patrio: a Jon Rahm le hubiera bastado una ronda final de 77 golpes para salir con los dos californianos al desempate, y una de 76 para ganarse el apretón de manos de Jack Nicklaus con todas las de la ley. Nunca sabremos qué hubiera pasado con el vasco en el campo, pero en vista de cómo andaba esta semana parece legítimo considerar que el debate más bien se hubiera centrado en si era capaz o no de llevar el resultado ganador más allá del -20…

¿Puede haber mayor crueldad deportiva que la que ha sufrido Jon?

No le demos más vueltas: la vida está hecha también de casualidades, imprevistos, tropiezos, carambolas y, desde luego, de detalles creados en rigurosa exclusiva por el caprichoso azar. Más allá de la desgraciada historia del español esta semana en tierras de Ohio, no olvidemos que en el hoyo 72 del torneo Cantlay enviaba su bola muy a la derecha y sólo el rebote oportuno de la bola en la espalda de una espectadora le permitía jugar luego desde una posición mucho más ventajosa que la que su tiro merecía; tampoco deberíamos pasar por alto que unos minutos después, en el primer y único hoyo de desempate, Morikawa alcanzaba la calle, mientras que Cantlay volvía a fallar por la derecha, pero el primero se encontraba su bola con un pegote de barro y, qué casualidad, fallaba el segundo tiro a green y terminaba firmando un bogey decisivo.

Jon Rahm: «Nuestra respuesta a la adversidad nos define como personas»

La victoria, por lo que se ve, sólo podía caer esta semana del lado de Cantlay, lo que no significa que no haya sumado los méritos necesarios. Hay que estar ahí para sacarle todo el rédito al guiño del duende.

Venía Patrick Cantlay de fallar cuatro cortes en sus últimas seis comparecencias, aunque en el PGA ya había mostrado un serio repunte. De hecho, lo raro era verlo tantas veces haciendo la maleta el viernes, puesto que en estos últimos tres meses casi había fallado tantos cortes como en los tres años anteriores completos. El caso es que con este triunfo, además de poner fin a tan mala racha, accede al primer puesto en la Fedex Cup y puede que al top ten mundial. Es su cuarta victoria en el PGA Tour y lleva ya mucho tiempo instalado en el olimpo del golf mundial, ahí arriba, sólido y serio.

Todos los detalles del contagio de Rahm: vacuna, falso positivo, US Open…

Rafa Cabrera Bello (+2), por su parte, finalizaba con una ronda de 72 golpes y todavía va a tener que seguir luchando con denuedo por arreglar su precaria situación en el ranking. Hoy finalizaba con un bogey y un doble bogey en los dos últimos hoyos, como si verdaderamente fuese necesario que se marchara escocido cada día al hotel. La buena noticia sigue siendo que su golf ha recuperado la buena senda y no queda más que aguardar esa gran semana que le conceda el respiro de alivio definitivo.

Consulta aquí los resultados del Memorial Tournament