Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Patrick Reed aparca la polémica y gana el Farmers con autoridad
El golfista texano se impone con cinco golpes de ventaja

Patrick Reed aparca la polémica y gana el Farmers con autoridad

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Patrick Reed © PGA Tour
Patrick Reed © PGA Tour

Patrick Reed (-14) ha logrado la victoria en el Farmers Insurance Open de San Diego, disputado desde el pasado jueves en el prestigioso recorrido de Torrey Pines. El golfista texano, aparcando la polémica en la que se vio envuelto ayer, ha sacado a relucir lo mejor de su repertorio, en especial su juego corto, para entregar una tarjeta de 67 golpes y sumar el noveno triunfo de su carrera profesional en el PGA Tour, primero en la presente temporada.

Con su conquista, el golfista de San Antonio, de 30 años de edad, se embolsa un premio de 1.350.000 dólares y 500 puntos en la FedEx Cup que le permiten escalar más de 50 posiciones en la clasificación para situarse 10º. Además, da un paso de gigante para estar en el equipo estadounidense de la Ryder Cup y vuelve a colocarse entre los 10 mejores del ranking mundial, mejorando un puesto hasta alcanzar la 10ª plaza en la lista que se actualizará mañana. Una posición que no ocupaba desde el BMW PGA Championship del pasado verano.

Desde 1987, ningún jugador había logrado ganar el Farmers Insurance Open tras liderar la clasificación al final de la primera ronda. Lo ha logrado Patrick Reed, convirtiéndose además en el sexto jugador con más victorias en la gira desde 2013, por detrás de Dustin Johnson (18), Justin Thomas (13), Rory McIlroy (12), Jason Day (11) y Jordan Spieth (11), y en el primero desde Tiger Woods en 2008 que gana en Torrey Pines con cinco o más golpes de ventaja (el Tigre lo hizo con ocho golpes).

En un día que prometía altas dosis de emoción, a Patrick Reed se le han ido cayendo poco a poco los rivales sin verse apenas en la obligación de apretar el acelerador. Le ha bastado con mostrarse sólido con el driver y con ejecutar dos golpes de gracia, en el 6 y el 7, para encarrilar el triunfo. El primero, un impresionante putt para eagle desde más de 15 metros. El segundo, justo a continuación, otro putt, esta vez de unos seis metros, para sellar el birdie.

Ningún jugador desde John Daly en 2004 lograba ganar el Farmers Insurance Open fallando tantos greenes en regulación como los que ha errado Patrick esta semana (28). Pero su falta de precisión con los hierros la ha compensado con creces con un juego corto de auténtico maestro. Desde el rough, desde la arena o desde la calle, Reed ha firmado recuperaciones de todos los colores dejándose pares dados una y otra vez para desesperación de sus rivales.

El destino quiso incluso ponerle a prueba en el hoyo 10. Después de lo ocurrido ayer con su bola clavada y su polémico alivio, el texano volvió a mandar su segundo tiro al denso rough alrededor del green. Esta vez no quiso tentar a la suerte (la repetición televisiva volvía a mostrar el bote de su bola antes de hundirse en la hierba) y ejecutó un golpe maestro para volver a salvar el par. Igual que en el 11, esta vez desde el búnker.

Así, poco a poco, Reed fue minando la moral de sus competidores, que prácticamente nunca pusieron en peligro su victoria. Carlos Ortiz (-4), en un día aciago, desapareció de los primeros puestos prácticamente desde el principio. Igual que Sam Burns (-5), Adam Scott (-7) o Lanto Griffin (-8). El único que le metió cierta presión al golfista de San Antonio fue Viktor Hovland (-9), pero los segundos 9 del Campo Sur de Torrey Pines se le hicieron larguísimos y terminó quedándose a medias.

Para Jon Rahm (-8), con su segunda vuelta de 72 golpes consecutiva en el torneo, tampoco fue el día soñado en San Diego. Comenzó con un inesperado bogey en el 1, después de un tripateo por un exceso de ganas. Logró recuperarse con tres fantásticos birdies en el 3, el 4 y el 6 (el primero con un impresionante putt de 14 metros y el último tras fallar un putt largo para eagle), pero justo en ese momento, cuando se puso colíder durante unos instantes, se le apagó la luz.

Le faltó algo de suerte en algunos putts largos muy bien tirados como en el 7, el 10 o el 13, todos para birdie; no estuvo fino en otros como el del hoyo 8, de algo más de dos metros; y terminó desesperándose con algunos errores desde el tee como en el 14, directo al bunker en una mala posición, o en el 15, al rough y fallando después por milímetros otro putt para salvar el par. Pero el principal problema, por encima de todo, fue no dejarla casi nunca lo suficientemente cerca. Sin fabricarse buenas opciones de birdie el objetivo era prácticamente imposible.

El de Barrika remató su tarde aciaga mandando al agua la bola con su segundo golpe en el 18, después de haber aterrizado en el bunker de calle con el driver. El exceso de ambición intentando cazar el green de dos para dejarse una opción de eagle con la que poder pelear por terminar el torneo en segunda posición como el pasado año le acabó pasando factura y no le quedó más remedio que conformarse con el séptimo puesto empatado.

En cualquier caso, otro top 10 para la colección, cuarto consecutivo en sus cuatro últimas apariciones (segundo empatado en el Zozo Championship, séptimo empatado en el Masters y séptimo empatado en el Sentry Tournament of Champions). Un resultado para sentirse satisfecho, como lo estarán también Tony Finau (-9), Henrik Norlander (-9), Ryan Palmer (-9) y Xander Schauffele (-9), que cerraron el torneo remontando para empatar en segunda posición con Hovland.

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