Ocurrió el jueves, en la primera ronda del Palmetto Championship, torneo del PGA Tour que disputa esta semana en el recorrido Congaree Golf Club de Carolina del Sur. El protagonista fue el australiano Mark Hensby. Debió firmar una tarjeta de 74 golpes, los que hizo en esos primeros 18 hoyos, sin embargo el resultado final fue de 84 después de aplicarle una severa penalidad de diez golpes. Para entender lo que sucedió hay que remontarse al hoyo 4, par 5…
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Hensby tiró la bola al agua con su tercer golpe, estableció el punto de entrada en el area de penalización, sacó una nueva bola de su bolsa, dropó y pegó su quinto golpe. Lo hizo muy bien, ya que la dejó a metro y medio y salvo un gran bogey. Al siguiente hoyo hizo birdie, par en el 6, otro birdie más en el 7 y otro par en el 8. La reacción a su bola al agua había sido espectacular. Sin embargo, justo al acabar el hoyo 8 descubre que algo no cuadra…
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Primero lo comenta con su caddie. Le enseña la bola que está jugando y le pregunta por algo que le llama la atención: «¿Desde cuándo Titleist marca con este punto las bolas? No lo recuerdo de las que yo juego habitualmente». Raro, muy raro. El caddie tampoco lo recuerda, así qu lo hablan con sus compañeros de partido y entonces lo entiende. Esa bola Titleist es una específica con una compresión más baja y no la que utiliza normalmente Hensby. Entonces, ¿cómo demonios acabó en su bolsa?
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La carambola fatal para el australiano se produjo en el putting green poco antes de salir a jugar. Cogió por error una bola de Pat Perez que estaba calentando junto a él y la metió en la bolsa junto a las demás. La regla no deja lugar a la dudas. Jugar con una bola diferente a la que se empezó la vuelta supone una penalidad de dos golpes por cada hoyo que se ha jugado con esa bola distinta. Cinco hoyos por dos golpes son diez.
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El error de Hensby fue muy grave y le costó seguir en el torneo, de hecho se retiró y jugó la segunda ronda, pero por otro lado conviene quitarse el sombrero con su lección de honestidad y corrección. Aunque sea lo que se debe hacer, no hay que dejar de elogiarlo.
