Harris English (-25), el golfista que regresó de los infiernos en septiembre de 2019, ha vuelto a ganar un torneo del PGA Tour después de una sequía de más de siete años. El jugador nacido en Valdosta, Georgia, hace 31 años se coronó en el Sentry Tournament of Champions tras derrotar al chileno Joaquín Niemann en el primer hoyo de desempate.
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Se hace justicia así con uno de los cinco jugadores más en forma del golf mundial en los últimos quince meses. No ha tenido el glamour, la pompa, el boato, ni hasta hoy la capacidad de ganar, de Dustin Johnson, Jon Rahm, Justin Thomas o Bryson DeChambeau, pero sus resultados no han estado nada lejos de ellos. Desde el principio de la pasada temporada ha sumado once top ten, con una victoria, un segundo puesto y cinco top 5. Ha pasado en este tiempo del puesto 369º del ranking mundial a situarse ahora 17º, su mejor posición de siempre en esta clasificación.
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English, qué duda cabe, ha puesto mucho de su parte para ganar en el Plantation course de Kapalua, en Hawái, aunque también le debe una porción del trofeo a Justin Thomas y, sobre todo, a Niemann. El primero cometió un tripateo tonto en el hoyo 17 que le impidió meterse en el desempate y el segundo falló un putt de metro y medio en el 18 con el que habría ganado sin necesidad de playoff. Es el putt más corto que ha fallado el chileno en toda la semana tras firmar un domingo antológico con nueve birdies y una tarjeta de 64 golpes.
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Un año más la resolución del Sentry ha estado marcada por el suspense. También English tuvo opciones de ganar el torneo antes de jugársela con Niemann y las dejó escapar. Cometió un bogey muy evitable en el 16 tras fallar el segundo golpe desde el centro de la calle y poco después se creó una magnífica opción de eagle de tres metros en el 18 que no logró convertir.
Poco importa un poco más de suspense si el premio es ganar por primera vez desde 2013. Así debió pensar English, que resolvió el duelo final con Niemann con un gran birdie, después de meter un putt de dos metros. Joaco había hecho birdie los tres días anteriores en el hoyo 18, pero no fue capaz de hacerlo en ninguna de las dos ocasiones que lo jugó hoy.
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Las condiciones de juego este domingo en Kapalua fueron un poco más complicadas, sin ser leoninas. El viento picó un poco más fuerte y no se vieron tantos vueltones. De hecho, ha sido el día con menos tarjetas por debajo de 70 golpes. Esto confiere aún más valor a la vuelta de 64 golpes de Niemann y refrenda también el notable esfuerzo de Harris English por mantener el liderato. No en vano ha estado en todo lo alto del torneo desde el jueves hasta el domingo.
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Da la sensación de que English le vio las orejas al lobo en el verano de 2019, cuando tras una mala temporada tuvo que jugar los playoffs del Korn Ferry Tour para recuperar la tarjeta del PGA Tour. Desde aquel serio aviso a navegantes, ha recuperado su mejor versión, superando incluso al que ganó en dos ocasiones en 2013, en su segunda temporada en el circuito americano. Veremos si este Harris English vuelve a dormirse en los laureles tras este triunfo o ha vuelto más fuerte, apuntando incluso a su debut en la Ryder Cup.
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