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Las expectativas se disparan en Estados Unidos respecto al calendario de Tiger Woods

El comentario ingenuo de Charlie y el sincero matiz de Thomas

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Tiger Woods - Charlie Woods
Charlie y Tiger Woods, en la ronda final del PNC Championship 2022. (© Golffile | Scott Halleran)

Fue un comentario ingenuo, inocente, propio de un niño de 13 años que se enfrenta por primera vez en su vida a unas cámaras, rodeado de periodistas. Ocurrió este domingo al acabar el PNC Championship., el torneo que ganaron Vijay Singh y su hijo Qass y donde los Woods terminaron en la octava posición.

En la entrevista que concedieron Tiger y su hijo, se les preguntó qué es lo que más les había sorprendido del juego del otro, les pidieron una valoración. Tiger, como si lo que hubiera terminado fuera un partido de foursome de la Ryder Cup, le dijo a su vástago: «venga, dale tú primero». Y allá que fue Charlie…

«Yo sabía de lo que mi padre era capaz, pero lo que hizo el viernes me sorprendió un poco, jugó mejor que nunca, la verdad», señaló. Pura inocencia ante la que Tiger, con un gran sentido del humor, le replicó: «bueno, yo solía ser bueno» (risas). Y añadió, más en serio: «fue genial retroceder en el tiempo para ver lo que solía ser capaz de hacer. También me dio cierta nostalgia. Bones (caddie de Justin Thomas) se reía porque él sí sabe bien lo que yo hacía», explicó.

Tiger Woods desprende ilusión. Con cautela y prudencia, por supuesto, pero la desprende. No habla con el freno de mano echado como el año pasado, cuando decía que no sabía si iba a poder jugar más y que su gran objetivo, al menos era jugar el Open Championship. Ahora está convencido de que va a jugar más British y la única duda es si llegará a tiempo para estar de nuevo en St Andrews. Lo duda, no lo descarta.

Tiger está dejando que las expectativas respecto a su calendario se disparen. Hay mucho periodista en Estados Unidos que está convencido de que lo veremos jugar en el Genesis Invitational de Riviera a mediados de febrero, casi se da por hecho que disputará el THE PLAYERS y lo más optimistas incluso no descartan que se vista de corto entre uno y otro para jugar el Arnold Palmer Invitational.

Este ruido positivo lo alimenta el propio Tiger. «Tengo que superar primero la fascitis plantar y después ya veremos. Es algo muy molesto que no me deja ir andando de un sitio a otro. Es cierto que he pegado algunos golpes buenos esta semana, pero también muchos malos. Se nota que necesito practicar un poco más y quitarme algo de óxido», apuntó. El año pasado ni siquiera sabía si iba a poder practicar. Hoy sabe que no tiene ningún problema para jugar al golf, otra cosa es la parte física.

Los que han tenido la oportunidad de estar cerca de Tiger esta semana también se ilusionan. Quien mejor lo conoce y más veces juega con él es Justin Thomas. Seguramente, es el más fiable. Su matiz este domingo sobre lo largo que el está pegando Woods es muy interesante. «Cada día es diferente. Ayer claramente se movía muy bien, me di cuenta ya en el campo de prácticas. Hoy, sin embargo, ya no se movía tan bien. Practicamos en casa y no estaba bromeando cuando dije que pega más largo que yo. Cuando se siente bien, es más largo que yo con el driver. Yo podría ser capaz de golpear más lejos que él si vamos a todo trapo y sólo nos jugamos un driver en la calle de prácticas, pero consistentemente él está golpeando más lejos que yo en este momento. Está muy, muy fuerte, es bastante impresionante», explicó.

Por otro lado, Thomas puso posteriormente el dedo en la llaga: el físico. «Estoy seguro de que cambiaría diez metros por poder caminar todos los días y sentirse bien».

Esta es la duda que queda por resolver en el futuro de Tiger Woods. Sí, su físico está mejor que el año pasado, pero hasta dónde le va a poder llevar, cuánto va a poder jugar y, sobre todo, cuánto realmente va a poder entrenar para ser realmente competitivo de nuevo. Que cada uno disparen las expectativas a su antojo.