Rafa Cabrera Bello inicia este año la cuarta defensa consecutiva de la tarjeta del PGA Tour, o lo que es lo mismo su cuarto año seguido como miembro del circuito americano. Logró los derechos durante el año 2016, aprovechando el impulso que le dio su fantástico tercer puesto en el WGC Match Play, tras derrotar en la final de consolación a Rory McIlroy. Desde entonces, ha ido defendiendo su estatus en Estados Unidos con un éxito sobresaliente en 2017, 2018 y 2019. En ninguna ocasión ha pasado apuros, más bien al contrario. Ha estado mucho más cerca de jugar la Final de la FedEx Cup (Tour Championship) que de perder la tarjeta.
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En cada una de esas tres ocasiones, como los osos antes del crudo invierno, Rafa logró hacer un acopio importante de puntos en la gira asiática de finales de año y principios de temporada en el PGA Tour. Consiguió cada curso un colchón de puntos FedEx que después le permitieron lidiar más o menos con la temporada sabiendo que las espaldas estaban bien cubiertas. Aún tuvo que jugar bien y sumar más puntos, pero una buena parte del camino lo había dejado ya andado. Era una especie de red de seguridad.
En 2016, por ejemplo, sólo jugó dos torneos, el CIMB Classic y el WGC HSBC Champions pero sumó 114 puntos (10º y 19º), algo menos de un tercio de lo que hace falta para acabar entre los 125 primeros la FedEx Cup y mantener la tarjeta. Después, remataría la faena con un cuarto puesto en el THE PLAYERS donde sumó 135 puntos.
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Al año siguiente, ya con tres torneos en la gira asiática, Cabrera Bello lo bordó. Sumó 238 puntos, dos tercios de la tarjeta, después de acabar 10º, 11º y 5º en el CIMB Classic, CJ Cup de Corea y el WGC HSBC, respectivamente. Más o menos consiguió el mismo colchón al año siguiente. Sumó 232 puntos tras finalizar 50º, 3º y 14º en esa misma serie de torneos y dejó el camino bastante expedito. Era la hoja de ruta natural y perfecta que se había fabricado Rafa en el PGA Tour.
Sin embargo, este año tendrá que cambiar el plan de viaje. Sus resultados en la gira asiática, que este año ha incluido la CJ Cup, el ZOZO Championship y el WGC HSBC Champions, sin ser malos, no han sido tan brillantes. Ha sumado únicamente 64 puntos tras acabar 26º, 30º y 57º. Esto significa que se ha dejado mucho más trabajo para 2020, ya que no volverá a jugar en el PGA Tour hasta el próximo año. No tiene colchón y deberá cambiar la hoja de ruta para mantener la tarjeta y, cómo no, tratar de meterse en la Final de la FedEx, su gran objetivo desde que desembarcó en Estados Unidos. Esos puntos que le faltan los tendrá que sacar de todos lados.
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Bastante peor le ha sido la cosecha de Sergio García. El de Borriol ha sumado en estos tres torneos un total de 34 puntos. También se ha dejado mucho trabajo para 2020, aunque en su caso la tarjeta del circuito americano no está en riesgo ya que tiene la exención de cinco años otorgada por su enorme victoria en el Masters de Augusta de 2017. Eso sí, para meterse en la Final de la FedEx Cup, por ejemplo, sí le queda mucha tarea por delante.
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Tanto en el caso de Rafa como en el de Sergio no hay que encender ningún tipo de alarma. La temporada está en pañales y quedan torneos más que suficientes no sólo para lograr los objetivos mínimos, sino para ganar la FedEx Cup, incluso. Eso sí, la gira asiática ha aportado en esta ocasión mucho menos que en años anteriores.
