Jon Rahm viajó feliz el domingo por la noche desde el Valle de Coachella a San Diego para competir de miércoles a sábado en el Farmers Insurance Open, un sitio donde se siente especialmente feliz tras estrenar su casillero de triunfos en Torrey Pines en 2017 y alzarse con la victoria en el US Open de 2021. Todos los focos se posan sobre el campeón español después de engarzar dos triunfos consecutivos en el PGA Tour y cuatro victorias en sus seis últimos torneos.
¡Qué mejor lugar para continuar la racha exitosa que el campo de San Diego! El español intentará por todos los medios prolongar el dulce momento que vive y proclamarse el sábado (dijo varias domingo, la costumbre) campeón en La Jolla. «Ahora intento sumar tres triunfos seguidos y alargar la racha si es posible. No doy nada por sentado, no. Sé que muy poca gente ha sido capaz de hacerlo. He visto alguna lista, creo que sólo hay cinco o seis que hayan empezado el año con dos victorias, siendo Justin Thomas el más reciente hace seis años. Soy consciente de que esto es muy raro y lo valoro porque, en todo caso, es una lección de humildad de cuánto trabajo hay que poner para poder hacer algo así debido al talento que tienen ahí fuera. Creo que la última vez que recuerdo a alguien ganar tres seguidos fue Dustin Johnson en 2017 o 2018. Luego tuvo una pequeña lesión y no se ha visto nada parecido desde entonces, ¿verdad? Así que sí, definitivamente tengo que valorarlo mientras esté ahí, pero todavía estoy buscando la tercera, así que sí, ese es el objetivo en este momento», afirmó en su comparecencia ante la prensa.
No esconde Rahm que en su mente está, lógicamente, amarrar un tercer triunfo seguido porque «me lo han recordado muchas, muchas veces, y aún más sabiendo dónde estamos, un lugar donde he jugado tan bien», pero insiste en que quedan cuatro vueltas y «todavía tengo que salir y hacer un resultado muy bajo para ganar. Voy día a día, momento a momento. Si el sábado por la tarde puedo disfrutar de un paseo por el 18 y ganar, ya diré cómo me siento y cuánto he pensado en ello, pero ahora tengo que centrarme en el proceso y en lo que tengo que hacer para mañana».
No quiere bajarse de la nube y, menos en un campo repleto de tan buenas vivencias: «Me siento bien. Es muy agradable después de un triunfo venir a un campo de golf donde he tenido mucho éxito y un montón de recuerdos positivos. Siempre es refrescante venir aquí y me gusta tanto este torneo que cada vez que vengo tengo una motivación extra para ganar de nuevo. Conseguí mi primera victoria aquí y me encantaría poder repetir en un evento de la PGA Tour y ser bicampeón como mucha gente lo ha hecho en el pasado. Así que espero seguir jugando bien, hacer lo que he hecho en este campo de golf en el pasado y darme una buena oportunidad», resalta.
El vizcaíno, que lo conoce al dedillo, desgranó alguna de las claves de Torrey Pines para estar arriba en la ronda final. «Si vas a la calle y lo suficientemente lejos, obviamente vas a ser capaz de ser más agresivo que la mayoría. Lo principal es que en casi todos los hoyos el fallo correcto es a la derecha, por eso Tiger tiene tanto éxito aquí. A veces, si fallas la calle por cinco yardas o 100 a la derecha, no importa, sólo falla a la derecha. En los últimos nueve hoyos, del 13 al 17, no hay que ir a la izquierda, la izquierda está muerta. A la derecha se puede jugar. Ésa sería una de las claves».
También habló el campeón español del aprendizaje que supone para un jugador ganar de forma tan sufrida como él hizo el pasado domingo en el American Express. «Preferiría que todos los triunfos fueran como el Open de España, donde me escapé y disfruté de unos bonitos últimos cuatro hoyos, pero domingos como el último son necesarios. En el DP World Tour también pasé bastantes apuros en la recta final de los últimos nueve hoyos por diferentes motivos, y sí, eso forja el carácter. Si te pones en esa situación, no siempre te vas a sentir lo mejor posible. Ésa es la cuestión, no siempre vas a tener tu mejor juego el domingo. A todos nos gustaría tenerlo y que fueran 18 hoyos fáciles en los que sales, haces 65 golpes y te olvidas de todo porque sabes que vas a ganar. Hacen falta días así. Me alegro de que sucediera así porque me permitió aprender más sobre mí mismo y crecer como competidor», zanjó.
