Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Rahm se sobrepone a 25 minutos devastadores

Rahm se sobrepone a 25 minutos devastadores

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Jon Rahm ha sobrevivido con coraje a una jornada difícil de golf, inconclusa después de casi ocho horas de trajín, entre dobles bogeys, birdies vivificadores, aguaceros y suspensiones. A las 10,20 de la mañana le estaba pegando desde el tee del hoyo 1 de El Camaleón para iniciar la última ronda del OHL Classic y pasadas las 18 horas enfilaba la senda que lo llevaba al apartamento que ha ocupado esta semana junto a sus padres.

A las 10,20 de la mañana, en efecto, le estaba pegando desde el tee del hoyo 1 y, por desgracia, su bola enfilaba hacia la derecha y terminaba fuera de límites…

Era aquel mal swing el arranque de veinticinco minutos devastadores, los que tardó en completar los dos primeros hoyos con sendos dobles bogeys. Porque en el 2 la bola se iba por la izquierda, rumbo a la selva. Si el caprichoso azar le había echado una mano al vasco el sábado, esta vez le negaba cualquier trato de favor.

Y conviene valorar en su justa medida todo lo que ocurrió a partir de ese momento. El joven amateur español, estupefacto y apaleado, fue recomponiéndose poco a poco tras encontrar la calle en el hoyo 3 y animado por su padre, Edorta, su caddie esta semana. En apenas unos minutos ya había establecido un nuevo objetivo, puesto que el del triunfo, que antes de comenzar ya era muy complicado, se había puesto sencillamente imposible. Ahora se trataba de alcanzar el meridiano de la ronda al par del campo en el día, tal y como estableció el jugador en su cabeza. Para ello tenía que sumar hasta cuatro birdies en siete hoyos y lo cierto es que se quedó bien cerca, pateando para eagle en los dos pares 5 y cerrando la primer mitad del recorrido con birdie en el 9 y un parcial de +1 que, visto lo visto, era mejor que bueno.

Dos birdies más en los hoyos 10 y 11 lo situaban por primera vez por debajo del par, justo antes del diluvio que obligó a una suspensión de casi tres horas y media. Tampoco en ese punto tuvo suerte Rahm, puesto que venía lanzado, fino y certero. Tras la reanudación, birdie al 13, par 5, donde a punto estaba de firmar el eagle con un gran chip, y bogey en el 14, que estaba realmente complicado por culpa del viento.

Pase lo que pase en los tres hoyos que le restan para terminar el torneo este lunes, el balance sólo puede ser positivo. Su condición de amateur, por mucho que ya lo veamos por momentos como un profesional de super élite, obliga en realidad a concederle una nota de sobresaliente. Su ambición no es ninguna pose y tiene fundamento.

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