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Jon firma 67 golpes en la segunda jornada del Northern Trust

Rahm se trabaja el liderato con el pico, la pala, el bisturí y el pincel…

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Jon Rahm esta semana en el Northern Trust. © Golffile | Michael Cohen
Jon Rahm. © Golffile | Michael Cohen

Jon Rahm (-12) ha finalizado ya su segunda vuelta en el Northern Trust y, a la espera de que termine la jornada, es muy probable que mantenga el liderato al final del día después de firmar hoy una trabajadísima y valiosísima tarjeta de 67 golpes. Es posible, incluso, que lo haga en solitario, ya que su compañero en lo más alto de la tabla, Justin Thomas (-10), se ha quedado dos escalones por detrás y no va a ser sencillo que nadie alcance al español en el turno vespertino. De momento, el empujón más decidido del día corresponde a Tony Finau (-11), con una vuelta de 64 golpes que de momento lo sitúa a un golpe de la cabeza, así como a Keith Mitchell (-10) y Alex Noren (-9), que también han alcanzado el mismo excelente registro.

Las sensaciones que ha dejado hoy la vuelta del de Barrika han sido variadas y por momentos contradictorias. Por un lado, llama la atención que haya sido capaz de cerrar la ronda sin un bogey en la tarjeta (ya van 36 hoyos en el Liberty National Golf Club sin borrones); por otro, bien mirado, hasta podría resultar más bien corto ese resultado de 67 y tampoco hubiera sido tan extraño verlo al final del día disfrutando de un liderato todavía más imponente y consolidado…

Veamos, no es tan difícil explicarlo si nos centramos en la suerte decisiva del golf, la que se ejecuta en los greenes: por un lado, a Jon se le ha visto desafortunado o desacertado con los putts de birdie, hasta el punto de dejarse por el camino varias opciones realmente propicias o al menos interesantes, que iban desde los dos a los cuatro metros de distancia. Hoy no encontraba la cazoleta. Sin embargo, luego era capaz de enchufar un buen purazo de más de siete metros para salvar el par en el hoyo 16 (había comenzado por el 10), y otro más de más de tres metros en el hoyo 3.

Digamos que, dentro de un nivel general que ha seguido siendo de gran altura, el español ha estado hoy más irregular con los disparos a green, alternando golpes sólidos, con otros realmente brillantes y unos cuantos erráticos. Desde el tee, eso sí, incluso se ha mostrado mejor que en la primera jornada. Y con el putter, lo dicho. Cuántas veces hemos insistido: hay que apuntarse bien los nombres de aquellos jugadores que son capaces de cerrar vueltas bajas sin que todo cuadre al dedillo. Y Jon, hoy, ha sacado el pico y la pala cuando tocaba, pero también ha bordado el golf por momentos con hilo de oro, por ejemplo en sus disparos en los hoyos 11 y 7, dos hierrazos fantásticos. O el aprochito en el 15 de casi sesenta metros, para dejarse dado el par después de meterse en problemas desde el tee, en su única salida realmente mala. O la sacada de bunker en el 14, también para dejarse dado el par.

En el momento de editar esta crónica provisional, Dustin Johnson (PAR) ya había cerrado su vuelta con un registro de 72 golpes, una más en el día, y anda justo en esa línea difusa entre pasar o no pasar el corte, aunque da la sensación de que sí estará el fin de semana. Eso sí, partiendo a doce golpes del Número Uno del mundo y por lo tanto casi aplazando para otro momento más propicio la lucha por el trono mundial.

Es obligado reseñar también el esfuerzo de Justin Thomas por regresar a la primera línea de candidatos que tan brillantemente había conquistado ayer. Arrancaba hoy la vuelta muy errático y pronto se situaba con un parcial de tres más en el día y cada vez más lejos de la cabeza, pero aguantaba el tirón con oficio y paciencia, para terminar a lo grande, con tres birdies y un eagle en el último tercio de la vuelta que lo devolvían a la zona incandescente de la clasificación. Por momentos pareció que este gallo salía del corral, pero de eso nada. Ahí va estar. Tampoco anda tan lejos Bryson DeChambeau (-6), cuyo desempeño esta semana sigue causando estupor y curiosidad: hoy, por sus primeros nueve, mantenía la disparatada dinámica de ayer: mucho birdie, mucho bogey, mucho lío, tantas idas como venidas, pero se entonaba por la segunda mitad para de verdad dar el estirón, llevando incluso la bola a la cazoleta en el hoyo 8 desde unos 55 metros para hacer eagle después de fallar a calle. Si de verdad se centra, todavía tendrá algo que decir.

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