A Jon Rahm se lo llevaban los demonios al salir del green del hoyo 18 nada más acabar la última ronda del Sentry Tournament of Champions. El de Barrika firmaba una tarjeta de 72 golpes, uno bajo par en el día, y finalizaba en el décimo puesto en solitario.
Realmente nunca ha llegado a meterse en la pelea por la victoria y la única razón hay que buscarla en los greenes. El golfista vizcaíno ha vivido una auténtica pesadilla con el putter. Hacía mucho tiempo que no se le veían tan frustrado y desesperado en el campo de golf. Y no le han faltado motivos…
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En toda la semana sólo ha metido un putt de birdie de más de tres metros y tres de más de dos. Un bagaje muy pobre, y mucho más para un jugador acostumbrado a hacer diabluras con el putt. Su hoyo 18 este lunes de madrugada ha sido la perfecta y dolorosa metáfora de lo que ha pasado durante todo el torneo. De tee a green ha jugado inmaculado. Ha pegado una magnífica salida y una madera 3 de fábula, la mejor de todo el día en Kapalua. De lejos. Tenía más de 300 metros al hoyo y se dejaba una opción de eagle de menos de diez metros. Un golpe sobrenatural. Pues bien, se marchaba con el par después de tres putts. El de birdie que falló tenía menos de un metro. Sí, se lo llevaban los demonios…
El putt ha frenado completamente a Rahm. A poco que hubiera estado un poco fino en los greenes de habría metido en la lucha por ganar una semana más. El único putt de birdie importante que ha embocado en toda la semana fue en el hoyo 13 de la segunda ronda, desde seis metros. Así es muy difícil optar al triunfo y, pese a todo, no ha estado tan lejos…
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Necesitaba arrancar con fuerza la ronda final para poner presión a los de delante y lo hacía con un birdie en el hoyo 5, el primer par 5 del Plantation Course. Era un buen arranque, aunque quedaba en un espejismo por su falta de acierto con el putter. A partir de ahí enlazó trece pares consecutivos, incluyendo el macabro final en el 18.
Más allá de la desesperación lógica de un golfista que aspira únicamente a ganar cada semana, lo cierto es que Jon arrancó un top ten más en Hawái. No hay que menospreciarlo. Es el undécimo en sus últimos catorce torneos. Con este resultado, además, consigue mantener la tercera plaza en el ranking mundial.
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Lo bueno es que Jon sabe que hay semanas que se dan así. Sabrá resetear y volver a la casilla de salida. No ha conseguido hacerse a los greenes nuevos de Kapalua y el fuerte viento que ha soplado tampoco le ha ayudado a encontrarse cómodo. En cualquier caso, ahora tiene tiempo para descansar y reconectar. Su próximo torneo será el Farmers Insurance, del 23 al 26 de enero en Torrey Pines.
