Rickie Fowler necesita reencontrarse con el juego que lo catapultó a la cuarta plaza del ranking mundial hace seis años. Está en ello, buscando la fórmula mágica que lo devuelva arriba (hoy se encuentra más allá del puesto 100, en concreto 106). El estadounidense ya no suena entre los nombres de los favoritos en los torneos, acumulando muchos, demasiados, cortes sin superar y resultados muy discretos.
Cambió de entrenador, y volvió con Butch Harmon, y despidió a su caddie. Precisamente una de las últimas variaciones está ligada al nuevo, Ricky Romano. Hace unos días, el pasado domingo, probó el putter del hombre que lleva su bolsa. Y acabó encantado. Probó un puñado de palos en 2022 y no le convencía ninguno. Lo tuvo claro: quería uno igual que el de Romano, sisarle el palo, dicho en tono jocoso. Rápidamente se puso en contacto con el gerente de Callaway para solicitarle una réplica. Y el californiano estrena hoy en el American Express un Odyssey Versa Jailbird, equipado con un grip SuperStroke Tour 3.0 de 17 pulgadas y 20-25 gramos de cinta de plomo en la suela.
La empuñadura es más larga, pero el jugador de Murrieta mantiene su técnica de agarre, postura y golpeo, pero el contrapeso lo ha ayudado a sentirse más cómodo en los greenes. «En los últimos años, no he utilizado el putt como estaba acostumbrado, o como quiero hacerlo», dijo Fowler, que ocupó el puesto 161 en golpes ganados con el putter la temporada pasada. «Me sorprendió mucho, porque nunca había buscado nada que fuera más largo, contrapesado o algo así. Es muy interesante, pero en cierto modo me está liberando. No estoy cambiando el golpe, o la configuración, no agarro nada diferente a mi putter de longitud normal. Siento que me ayuda a hacer algunas cosas y no tengo que pensar en ello», afirmó.
Fowler también estrena en La Quinta, en su primer torneo de 2023, un nuevo driver y una madera 3. Quien podrá ver en directo si las variaciones dan sus frutos a Fowler es Jon Rahm, con quien saldrá emparejado las jornadas de jueves, viernes y sábado. En cualquier caso, el estadounidense ya había mejorado su rendimiento a final del año pasado: fue sexto en el Fortinet, segundo en el ZOZO y trigésimo cuarto en The CJ Cup, quedándose fuera del corte en el Shriners.
