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Aprovechan el 'colapso' de Keith Mitchell para convertirse en favoritos al triunfo

Rickie Fowler y Rory McIlroy, como en los ‘viejos tiempos’, a por la CJ Cup

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Rickie Fowler © PGA Tour
Rickie Fowler © PGA Tour

La semana pasada, antes de empezar a jugar el Shriners Children’s Open, también en Las Vegas, Rickie Fowler (-21) desveló que durante seis semanas, desde que se quedó fuera de los playoffs de la FedEx Cup hasta que arrancó la nueva temporada del PGA Tour, había llevado a cabo una especie de ‘dieta milagro’ de semi-ayuno y control de su alimentación con la que limpiarse por dentro para intentar volver a ser el que era. Porque el de Murrieta estaba convencido de que los cambios que había incorporado a su swing no tenían nada que ver con los malos resultados que venía cosechando.

Mañana, en el The Summit Club de la ciudad de los casinos, tendrá su primera gran oportunidad de demostrar que estas modificaciones en su alimentación y en sus rutinas de entrenamiento están dando frutos. Después de mucho tiempo (más de dos años y medio sin ganar en el circuito), saldrá a jugar la última ronda de un torneo de la gira estadounidense, la millonaria CJ Cup, liderando la clasificación y, visto su nivel de juego desde el jueves y la enorme consistencia y regularidad que está mostrando, como el principal favorito a la victoria. Aunque con rivales de postín que le harán, por momentos, viajar en el tiempo varios años atrás…

El golf, caprichoso e inexplicable a veces como casi ningún otro deporte, había abierto paso al californiano dejando por el camino a Keith Mitchell (-17), el jugador que estaba dominando el torneo desde la primera ronda con mano de hierro. Después de firmar una tarjeta de 62 golpes el jueves y otra de 64 el viernes, y sin que absolutamente nada en el campo o en la climatología hubiese cambiado respecto a las dos primeras jornadas de competición, el golfista de Chattanooga flaqueó en este ‘moving day’ dilapidando parte de sus opciones de pelear por la victoria.

Arrancaba el día con cinco golpes de ventaja y 18 bajo par en su casillero. Al llegar al tercer hoyo alcanzaba el -20. Y aunque cometió un bogey en el 4, no tardó en compensarlo con otro birdie más en el 6. Nada hacía pensar que estuviera dejando cabos sueltos en su camino hacia el triunfo. Pero al llegar al 8 comenzó su particular desastre. Una bola muy a la izquierda desde el tee, a una zona de rocas, fue el preludio de su primer doble bogey del torneo, tras un doloroso tripateo.

La sucesión de errores pareció desconcentrarle y desde el tee del 9 mandó su bola de nuevo fuera del rough, esta vez por la derecha, con el mismo resultado: bola a calle malgastando un tiro, approach lejos de bandera y tripateo: segundo doble bogey y adiós al liderato. Un bogey más, en el 13, parecía sacarle ya completamente de cualquier pelea por el triunfo. Aunque al final hizo esfuerzos por volver a meterse en la ecuación, con un buen birdie en el 13 y otro en el 18, después de fallar un putt de poco más de dos metros y medio, también para birdie, en el 17.

Mientras, varios de sus rivales habían aprovechado su atasco para superarle en la clasificación. El primero, Rory McIlroy (-19), líder en Casa Club durante buena parte de la tarde después de entregar la mejor tarjeta del día, un tremendo 62 con ocho birdies y un eagle en el 18 para terminar. Y tras él, Abraham Ancer (-18), que tras su espectacular albatros de ayer, hoy tiró 63 golpes para apuntarse a la tremenda batalla por el título en que se convertirá la ronda final de mañana, con candidatos al triunfo como Robert Streb (-18) o Adam Scott (-18).

Pero por delante de todos ellos, como decimos, Rickie Fowler, que saldrá a jugar con dos golpes de ventaja sobre Rory después de completar hoy una ronda impecable, con nueve birdies y sin bogeys, que pudo ser incluso mejor si llega a embocar el putt de eagle que tiró en el 18 y que pasó rozando el borde del hoyo. Un vueltón de 63 para que sus muchos seguidores se ilusionen con volver a verle ganando torneos y recuperando el nivel de juego que le convirtió en una estrella de la gira.

A Sergio García (-12), como ayer, le faltaron birdies. Su tarjeta de 69 golpes, sin ser de las peores del día y permitiéndole jugar por tercer día consecutivo bajo par, no fue suficiente para engancharse a la pelea por el triunfo en un campo que da muchas facilidades para hacer birdies y tiene hoyos como el 14 o el 18 en los que los eagles son factibles. Aun así, con el top 10 a sólo tres golpes, el de Borriol todavía tiene mucho que decir en el torneo…

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