Scottie Scheffler (-20) ha gobernado el Hero World Challenge con una autoridad aplastante, sobre todo a lo largo de los últimos 54 hoyos del torneo, las tres últimas rondas. Después de dos segundos puestos en las dos ediciones anteriores, el texano vence en el Albany Golf Club, y lo hace imponiendo su ley, que es la del Número Uno del mundo, ni más ni menos, y con tres golpes de ventaja sobre el segundo, Sepp Straka (-17), que alcanzaba tal posición después de firmar un 64. Una ley muy simple, según la cual el mejor jugador del planeta ejerce como tal y termina destacando en todas y cada una de las parcelas del juego.
De acuerdo, puede que a esta cita en Bahamas lleguen estos jugones un poco al ralentí, en modo vacaciones, algunos desperezándose después de varias semanas sin competir, incluso meses, así que no es el mejor torneo para sacar las conclusiones más fiables. Sea como sea, algo nos dice que Scheffler no estaba dispuesto a dejarse ir, no venía sólo a probarse, a pasar unos días de asueto más o menos competitivo. Venía con hambre. Y con ganas de demostrar que todavía tiene margen de mejora, que todavía puede ser mejor jugador. Por ejemplo, en los greenes. Hoy firmaba una ronda de 68 golpes, muy ordenada, sin sobresaltos de importancia, y tampoco ha echado humo su putter, pero a lo largo de la semana sí que ha dejado muestras de evolución positiva en este apartado.
Volvemos a repetirlo: si Scheffler de verdad consigue dar un salto apreciable en las estadísticas de putt, entonces sí que puede convertirse en un tsunami devastador… Estamos hablando de un jugador, no lo olvidemos, que en los últimos 22 meses ha jugado 44 torneos y en 18 de ellos terminaba entre los tres primeros, con siete triunfos incluidos, y todo ello sin estar siquiera entre los cien mejores pateadores del PGA Tour.
La carga de Straka desde muy lejos no ha llegado a inquietar de verdad al ganador, que por otro lado iba manteniendo a raya los esfuerzos de remontada de Thomas y Finau (ambos, tarjetas de 67 golpes), con un trabajo de precisión quirúrgica, sin meterse en problemas y sumando birdies en los hoyos más propicios.
Este Hero, última cita del año para la mayoría de estos jugadores, si no todos, nos deja por supuesto la exhibición de poderío de Scottie Scheffler, que tiene ganas de pelea, de que arranque ya el 2024 para volverse a ver las caras con sus dos principales rivales por el trono mundial, Rory McIlroy y Jon Rahm.
Pero también nos deja, cómo no, el regreso de Tiger Woods (PAR) a la competición. Sus registros no han sido espectaculares, eso está muy claro. Hoy terminaba con una ronda de 72 golpes, al par del campo, guarismos en torno a los que se ha movido a lo largo y ancho de las cuatro jornadas. De momento no está para más, con algunas lagunas evidentes en el juego corto, en un campo, eso sí, donde el juego alrededor de los greenes es muy enrevesado, y en general con demasiados altibajos en prácticamente todas las parcelas del juego, aunque él se ha mostrado moderadamente satisfecho con el juego desde el tee.
Sea como sea, lo más importante es que el gran campeón de Cypress ha podido jugar sin problemas físicos las cuatro rondas, sin apenas dolor en su maltrecho tobillo derecho, aunque arrastrando las lógicas molestias físicas que la herrumbre por falta de competición trae consigo.
