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¿Se puede medir el rendimiento bajo presión? Hay quien ya está en ello…

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Spieth, tras su colapso en el 12 de Augusta © The Masters
Spieth, tras su colapso en el 12 de Augusta © The Masters

Cada domingo, un golfista levanta sonriente el trofeo que le acredita como ganador del torneo en cuestión. Pero al otro lado de los focos, en infinidad de ocasiones, suele haber otro jugador realmente dolido por la derrota. O varios. Muchas veces, tras sucumbir a los momentos de presión que su rival supo manejar mejor.

Jason Day, en Whistling Straits en 2015, Henrik Stenson, en Royal Troon en 2016 o Jordan Spieth, en Augusta National en 2015 vivieron el lado feliz de esta historia. El propio Spieth, también en Augusta un año después, Jean van de Velde, en Carnoustie en 1999, o Adam Scott, en Lytham & St. Annes en 2012 sufrieron el dolor de la derrota. Una lista interminable si hacemos memoria… Y Mark Broadie ha puesto todo su empeño en entender por qué sucede así.

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El gurú de la analítica y padre de la métrica de golpes ganados que utiliza el PGA Tour lleva tiempo trabajando en la que espera que sea la próxima gran estadística del mundo del golf, una fórmula que mida la capacidad de cada golfista de jugar bajo presión.

«Ahora hay mejores maneras de medir el rendimiento», asegura Broadie, profesor del Columbia Business School. «Pero actualmente no existe una estadística que mida el rendimiento bajo presión, por lo que la idea es llenar ese vacío tomando como base la analítica de golpes ganados con una medida de presión para unir los dos de alguna forma», añade.

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Por el momento, no existe un nombre para dicho sistema de medición, una fecha para implantarlo o un acuerdo con el circuito estadounidense para que lo adopte. Pero en los planes de Broadie entra la posibilidad de tener una medición general de la estadística y dividirla en golpes de drive, approach, juego alrededor del green y golpes con el putter, como en otras categorías de golpes ganados.

«Creo sinceramente que es de enorme interés saber lo que hacen o no los jugadores cuando están bajo presión, en qué parte de su juego responden mejor», asegura Broadie. Durante años este proyecto es uno de los que ha venido desarrollando con más pasión.

Por ejemplo, ¿cómo se define una situación de presión? Algunos de los ejemplos mencionados por el analista se refieren al hecho de superar el corte un viernes, estar metido en la pelea por el triunfo en los últimos nueve hoyos del domingo o llegar a los últimos hoyos de un torneo en ventaja. Incluso también valora si los jugadores están siendo consistentes bajo presión o no están haciendo lo suficiente para superarla si están en el top 10 de un torneo, pero con el liderato difícil de alcanzar.

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«Si mides la presión por triunfos, entonces reducirás el conjunto de datos de manera drástica. Igual que si te centras sólo en los jugadores que pelean por el triunfo en los últimos nueve hoyos. Y cuanto menor sea el tamaño de la muestra, menor será el poder predictivo. El hecho de que no hayan estado bajo presión en el último año no significa que vayan a seguir así en adelante», explica.

Es decir, «todavía trabajo en el tema», explica Broadie, que no tiene aún una fecha para la puesta en marcha de la métrica. Primero quiere averiguar si le satisfacen los resultados y después, si le gustan también a los responsables del PGA Tour. «Sólo una parte de esto tendrá sentido porque quien haya ganado mucho, parecerá que se desenvuelve bien bajo presión, es obvio. Pero tal vez el 20% de los datos no serán tan obvios y serán los más interesantes», concluye.