Sergio García ha logrado el triunfo en el AT&T Byron Nelson del PGA Tour tras imponerse en el primera hoyo de desempate a Brooks Koepka. Antes de llegar a este épico desenlace el español mostró el coraje necesario para apretar al líder y solventar con brillantez los momentos delicados que hubo en su vuelta.
Sergio se ha quitado dos pesos de encima. El primero es obvio: ha vuelto a ganar en el PGA Tour tres años y nueve meses después. El castellonense llevaba dos años sin terminar de entender cómo no era capaz de rematar alguna de las numerosas opciones de victoria que su buen juego le había procurado en este tiempo. Hasta diez o doce torneos tuvo en su mano, según sus propias palabras. El segundo tiene que ver precisamente con esto: Sergio ha conseguido poner hoy toda la carne en el asador, ha sacado lo mejor de sí mismo y ha mostrado pulso de campeón. No hay que descartar que a partir de este momento veamos un antes y un después. Ha vuelto a disfrutar del reto. La presión por ganar nunca ha llegado a nublarle. No había más que ver de qué manera asumió esa bola al agua en el hoyo 11. Hasta tuvo tiempo de intercambiar unas sonrisas con árbitro del PGA Tour…
Estas no son cuestiones menores. En este tipo de detalles se define perfil de un ganador. Sergio ha igualado con Seve en el número de victorias oficiales en el PGA Tour (9), pero la nueva versión de García augura mucho más éxitos. Tampoco olvidemos que entre las victorias de Ballesteros cuentan cinco majors… Y ese debe ser el gran objetivo a largo plazo del golfista de Borriol.
Comenzaba con un birdie en el hoyo 1. Toda una declaración de intenciones, aunque enseguida llegaban los errores. No le tembló el pulso. En un TPC Four Seasons más duro que en jornadas anteriores, mostró la misma intención que se le ha visto desde el jueves. No sólo era que su juego en líneas generales funcionara, es que hay que insistir en una idea: su actitud esta semana ha sido modélica. También el domingo. Los errores no pesaban tanto y el empedrado nunca tuvo la culpa.
Por detrás Jordan Spieth terminó por rendirse ante la imposibilidad de poner regularmente la bola en juego. Antes o después le iba a pasar factura su fragilidad desde el tee. Bastante lejos había llegado. Por su parte, Koepka no anduvo tan fino en los greenes. El joven norteamericano ha vuelto a demostrar que es un valor firma y seguro del golf y un claro candidato al top ten mundial. Su poderío es innegable. Tiene mucho birdie, pero quizá le falte aún el último punto de cocción. Eso, y que Sergio nunca dejó de aparecer en su retrovisor. En el hoyo decisivo de desempate enviaba la bola al agua desde el tee y dejaba una autopista hacia la victoria al español. Pincha aquí para consultar los resultados.
