Sergio García (-8) ha entregado una tarjeta de 69 golpes en la segunda jornada del Charles Schwab Challenge, una menos en el día en el recorrido par 70 del Colonial Country Club, un resultado que de momento lo mantiene arriba en la tabla, a dos golpes del líder provisional, Jason Kokrak (-10), y que le asegura una plaza en los últimos partidos del sábado, porque no serán muchos los jugadores que mejoren su resultado en el turno vespertino de juego. Es cierto que el recorrido texano ha abierto hoy un poco la mano (menos viento y greenes algo más receptivos), pero sigue siendo un duro test para quienes no muestran la mejor versión de su juego, porque el rough que circunda las calles hace daño de verdad y, además, en este campo de corte clásico, una vez que se falla la calle es muy habitual quedarse bloqueado en el segundo tiro.
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El español, por ejemplo, ha sufrido para mantenerse ahí arriba, porque en los últimos diez hoyos de su vuelta, desde el hoyo 18 y hasta el final (salía hoy a jugar por el 10), sencillamente no cogía ni una sola calle. Tiene mérito. Y su esfuerzo merece todo el crédito. No en vano, salvaba varias situaciones delicadas, por ejemplo en los hoyos 3 y 5, donde embocaba sendos putts desde más allá de los cuatro metros de distancia para salvar el par…
Sergio había fallado los últimos cuatro cortes (Masters, Heritage, Byron Nelson y PGA), así que era de esperar que ese mismo fantasma que tomó forma en Augusta y que lleva haciéndole la puñeta el último mes y medio se le apareciera de nuevo. Fallas un drive, luego otro y todo comienza a ponerse cuesta arriba… Hoy, el castellonense le ha puesto bozal y cadenas al dichoso fantasma. Nunca termina uno de espantarlo, siempre anda pululando a la vuelta de cada esquina, a ver cómo y cuándo puede hacerse un hueco de nuevo en la cabeza, pero el español se ha mantenido hoy bien anclado al suelo, luchando cada palmo de terreno, cada golpe, y rematando una ronda con un solo bogey.
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El asunto se había enrevesado, porque había comenzado jugando muy bien, se había dejado muchas opciones de birdie por la primera mitad del recorrido y apenas había aprovechado una, en la que casi no tuvo que desenfundar el putter, pues se lo había dejado dado después de pegar un magnífico segundo tiro con un wedge en las manos (hoyo 12). Un botín escaso justo antes de comenzar ese largo tramo en las trincheras. Un gran birdie en el 8, par 3, terminaba de confirmar que Sergio no estaba hoy para tonterías, aunque todavía tuviese que sacarse un nuevo par de la manga tras errar la calle en el 9.
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Puede que el resultado de 69 golpes, visto en bruto y desde la distancia, no diga demasiado, pero es muy probable que valga su peso en oro. Mañana, eso sí, necesitará enderezar el driver si de verdad quiere llegar al domingo con opciones de victoria.
