Tiger Woods ha vuelto… ha vuelto ante los medios, claro, porque en cuanto a la competición aún tendremos que esperar. El californiano ha estado en un acto de promoción del Quicken Loans, el torneo del PGA Tour que se disputa en el Congressional CC y que está apoyado por su Fundación. El tema estrella de su comparecencia, lógicamente, es la fecha de su regreso. Pues bien, agua. Tiger sigue sin despejar dudas, al tiempo que transmite cierta frustración precisamente por no tener una fecha de regreso. «Si lo supiera os lo diría, me gustaría saberlo… Pero no lo sé. Ni siquiera sé si volveré la próxima semana o el año que viene», zanjó.
En cualquier caso, Tiger insiste en que la evolución es buena, hasta el punto de que no descarta jugar el propio Quicken Loans, torneo que se disputa en junio después del US Open. «He estado practicando en casa y los progresos son muy buenos. Espero jugar el torneo, pero aún no sé si podré hacerlo», insiste. Recordemos que Tiger se apuntó para el US Open para al menos dejarse la puerta abierta de estar en Oakmont.
Tiger desveló que su régimen de entrenamiento ya no es el mismo de antes, aunque eso no quita para que no pierda de vista los dos récords con los que está obsesionado. «Yo solía entrenar ocho, diez, doce horas al día, pero eso ya no va a volver a pasar. Ahora trato de estar menos tiempo pero más concentrado todo el tiempo. Estoy segundo en la lista de majors ganados (detrás de Nicklaus (18)) y de torneos (detrás de Sam Snead (82)). Me gustaría acabar como número uno en ambas y creo que es posible».
Por cierto, en el terreno de la anécdota, como parte del acto de promoción Tiger tiró tres bolas al green del hoyo 10 (par 3)… y las tres acabaron en el agua…
